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¡Buenos días! Hoy quisiéramos homenajear a un grupo de personas maravillosas, que han hecho del humor una herramienta para sanar.
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Desde que los payamédicos y las payamédicas llegaron al ámbito de la salud, de la enfermedad y del dolor, revolucionaron hospitales y clínicas, y los llenaron de color, de alegría y ternura. Esa trilogía tiene la fuerza un medicamento, de una vacuna, de un abrazo o una terapia. Una trilogía que encarnan estas personas admirables, quienes se dieron cuenta de que era posible, en una situación de dolor, encontrarse, dialogar y celebrar la vida desde la parte del organismo que no estaba enferma.
Uno se pregunta si este descubrimiento fue súbito, o si fue un proceso del que participaron varias personas. Pero lo concreto es que —con esta trilogía de color, alegría y ternura— se acercaron por primera vez a alguien y se les ocurrió, primero que nada, pensar que en ese enfermo de la cama 223 había un paciente que vivía un proceso. Se les ocurrió pensar que ahí había una persona, seguramente sometida a un tratamiento médico, pero que también podía recibir el color, la alegría y la ternura como una herramienta para la cura.
Prácticamente en cada lugar donde hay una necesidad, un dolor, una persona, cerca de una cama, en un tratamiento, ahora hay una payamédica o un payamédico, o más, pensando cómo generar esa explosión de felicidad y de colores. Y para esto además tienen una preparación con toda seriedad, con todo profesionalismo. Primero se ponen a pensar en el otro: saber quién es, que les ocurre, pronósticos, medicinas, de dónde viene… Esta preparación habla de un tremendo respeto por la persona que espera curarse.
También se preparan para su propia protección, su propia capacidad de dar y la posibilidad de sufrir también. Porque acercarse al dolor implica a veces sentir ese dolor del otro.
Lo cierto es que donde hay quienes buscan curarse hay también una paleta humana de colores para atender, de otra manera, a ese que está enfermo. Como siempre queremos celebrar algo, queremos seguir buscando oxígeno para nuestras vidas y dolores, este oxígeno lo aporta esta trilogía maravillosa: del color, de la alegría y de la ternura para curar, para sanar. Magnífico. Gracias, payamédicos.
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Cuatro preguntas a José Pelluchi [Por David Flier]. José es psiquiatra, ecografista y especialista en Terapia Intensiva. En 2002 creó la asociación civil Payamédicos, que ha formado a más de 8.000 payamédicos y payamédicas voluntarios en Argentina y Chile.
—¿Cuáles son las principales virtudes de un payamédico o payamédica?
—La principal virtud para ser un payamédico es la solidaridad. Y efectuarlo desde la alegría, la teatralidad. Al payamédico le gusta actuar y ser gracioso. De alguna manera es ejercer la solidaridad desde lo payaso.
—¿Qué fue lo que más te sorprendió ver en hospitales y clínicas en estos años de payamedicina?
—Lo que más me impactó en la payamedicina son aquellas personas que, luego de ser pacientes a quienes los payamédicos y payamédicas ayudaron, decidieron formarse y colaborar luego de un tiempo como payamédicos o payamédicas. Y esto también pasa con familiares de pacientes que hoy en día son formadores en payamedicina.
—¿Está subestimado el potencial del humor en la curación de pacientes?
—La medicina vigente carece de dos cosas: la alegría y lo humano. Eso viene a aportar la payamedicina, que es una terapia complementaria, no alternativa. Nosotros adherimos a la medicina vigente, pero creemos que le falta alegría y amor.
—¿Creés que podría explotarse más la payamedicina en hospitales y clínicas o incluso fuera de estos espacios?
—La payamedicina puede estar en todos lados y cada vez tiene más aplicaciones. Además de hospitales, salas periféricas, pediátricas, estamos en dispositivos de equinoterapia (se llama “payaballos”), o en institutos de lengua de señas (payaseñas), o en “payacalles”, donde ponemos alegría, colores y amor al paisaje urbano. Estamos también en “payaescuelas”, el abordaje en escuelas de campañas de prevención, y “payapreves”, que son campañas de prevención (odontológicas, o de lavado de manos, por ejemplo) en la comunidad. En todos lados pueden existir la alegría y el amor. La payamedicina tiene toda una ciencia que la respalda. Detrás de esto, que quizás simplemente se ve como un gesto gracioso, está el saber.
Un mensaje de
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus 140 programas, la compañía alcanzó a más de 400.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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La hora silenciosa es una hermosa iniciativa que encarna la idea de pensar en el otro. Consiste en que, durante una hora en algún momento o algunos momentos de la semana, los comercios o lugares públicos bajen la intensidad de sus luces y sus sonidos, los cuales suelen ser muy invasivos para personas con una condición del espectro autista.
Se trata de una iniciativa que ya llevaba adelante la cadena de supermercados Carrefour, y que algunos distritos buscan convertir en ley. Recientemente lo hizo Mendoza: comenzará a regir en 90 días y alcanzará a dependencias del Estado, instituciones, hospitales, centros comerciales y supermercados.
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En RED/ACCIÓN hemos hablado en distintos contenidos de por qué es importante reconocer la Lengua de Señas Argentina como el idioma oficial de la comunidad sorda. Básicamente, porque es su lengua natural.
A propósito, este viernes es el Día Internacional de las Lenguas de Señas. Y, en este contexto, la Confederación Argentina de Sordos (CAS), que representa a más de 50 asociaciones e instituciones de personas sordas de todo el país, van a concentrarse frente al Congreso de la Nación.
Desde la CAS dicen que persiguen un hito: “El reconocimiento legal de la Lengua de Señas Argentina (LSA) como una lengua natural y originaria que conforma el patrimonio lingüístico y cultural inmaterial de las personas sordas en todo el territorio de la Nación Argentina”. Y argumentan: “Las personas sordas seguimos privadas del acceso y uso de nuestra lengua natural (la Lengua de Señas Argentina), del acceso a la información, del acceso a la educación y a un trabajo digno, lo que nos coloca en un lugar de exclusión social”.
Un reclamo legítimo que debería materializarse para dar otro paso en favor de la inclusión.
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En septiembre se desarrolla la sexta edición del Mes del Legado Solidario. Se trata de una iniciativa impulsada por AMIA, Cáritas Argentina, Fundación Gottau, Fundación Sales, Obra Don Orione, Médicos Sin Fronteras y UNICEF, que busca visibilizar y difundir información sobre la posibilidad de colaborar con una o varias causas sociales al dejar una herencia o un legado a nombre de una organización en un testamento.
Para realizar un legado solidario es necesario hacer un testamento en el cual se destina parte del patrimonio a entidades sin ánimos de lucro. El primer paso es informarse de manera gratuita, confidencial y sin compromiso ingresando a: legados-solidarios.org o comunicarse con las organizaciones que componen la campaña.
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¿Hay algún tema que quisieras que tocáramos especialmente en OXÍGENO? ¿Algún personaje u organización que te inspira? ¿Tenés alguna sugerencia o crítica sobre la newsletter? Recordá que para todo eso podés escribirnos a oxigeno@redaccion.com.ar.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David