A pesar de que faltaban dos días para que finalice el verano, el 19 de marzo de 1997 fue una jornada fría y ventosa en Neuquén. Desde el hospital de Zapala, un equipo de pediatras con algunas dudas en el diagnóstico y tratamiento de un niño envió por fax una consulta al hospital de pediatría Garrahan de la ciudad de Buenos Aires, donde los recibieron médicos del hospital.
Así daban el paso inicial para la creación de la Oficina de Comunicación a Distancia (OCD), una red única en el mundo por sus características: pública, gratuita, federal y solidaria. El sistema tiene veintidós años de historia y a todas las provincias argentinas interconectadas a través de 307 oficinas instaladas en hospitales y centros de salud públicos.
El facsímil con la respuesta que le dieron a Zapala, escrito de puño y letra por médicos formados en el Garrahan, está colgado en una de las paredes luminosas de la OCD. Es la primera huella del proyecto.
La Organización Mundial de la Salud define a la telemedicina como la prestación de servicios de salud por profesionales con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. El objetivo es el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, pero también la formación e investigación. Todo eso, pero de manera remota.
El programa de telesalud del Garrahan lidera en el país la asistencia a distancia desde el hospital y lleva resueltas 75.000 consultas. A su vez, es el centro coordinador del Programa Nacional de Telesalud Pediátrica, a través de la Red Nacional de Oficinas de Comunicación a Distancia. El objetivo principal es que los pacientes de cualquier lugar puedan acceder a la atención médica de alta complejidad, sin largos viajes, el inevitable desarraigo y los altos costos económicos.
Con las nuevas tecnologías, el programa de medicina a distancia concretó la idea de uno de los médicos que comprendió la realidad de muchos niños y niñas que llegaban a atenderse a la Capital Federal desde distintas provincias.
“No puede ser que familias enteras estén durmiendo en los pasillos del hospital esperando una consulta médica”, decía por aquellos años quien era el director médico ejecutivo del Garrahan, Mauro Castelli. Aquel desafío quedó grabado a fuego en los más de 20 profesionales de varias disciplinas que hoy integran el equipo, y que ya lograron transformar esa realidad.
“Es una idea que nace desde abajo hacia arriba, con el objetivo de democratizar el acceso a la salud en cada rincón del país, y con una mirada solidaria”, asegura Antonio Luna, coordinador de Redes y Comunicación a Distancia. “El doctor Castelli comenzó a pensar en un sistema ágil y eficaz para evitar derivaciones innecesarias”, continúa Luna.
Castelli veía que muchos pacientes llegaban al hospital sin una referencia adecuada, sin haber tenido contacto previo con ningún profesional. Y una vez en Buenos Aires, no tenían resuelto el tema social, ni de vivienda. Además, la consulta era tardía porque demandaba mucho tiempo para organizarla. En ese momento, la mejor tecnología disponible era el telefax. Así nació la Oficina de Comunicación a Distancia, con un equipo médico administrativo que, a través de un formulario diseñado para enviar y recibir comunicaciones, resolvía las consultas de segunda opinión.
¿Cómo fueron los inicios de la red de consultas? “En 1997 recibimos el primer equipo de videoconferencia donado por el Hospital de Toronto, en Canadá –responde el licenciado Luna-, pero no teníamos posibilidades de comunicarnos con diferentes lugares de la Argentina, ya que no se disponía de esa tecnología en el ámbito público”.
Luego fueron aprendiendo en base a errores. Por ejemplo, se había firmado en simultáneo un convenio con el Hospital de Niños de Jujuy y con el Hospital de La Quiaca. Lo que sin querer provocaron fue que se saltearan las referencias de los hospitales locales, ya que las consultas llegaban directamente al Garrahan. Eso se logró superar con las interconexiones entre distintos centros de salud provinciales.
“La tecnología para nosotros es una herramienta: primero están las personas, después los procesos y por último el equipamiento, que no quiere decir que no sea importante, pero sin los recursos humanos no se puede lograr nada. Esta red tiene un componente afectivo muy fuerte, no fue diseñada sólo desde el ámbito intelectual. Lo que nos proponemos es llegar con la asistencia médica a todo el país, en forma equitativa”, asegura Luna.
Telemedicina para el acceso a la salud
En uno de los subsuelos del Garrahan, el paisaje cambia sustancialmente. Ya casi no se ven niños y niñas corriendo o saltando, a veces aburridos por la espera. Tampoco madres o padres con cochecitos a cuestas. La única pista de que se trata de un hospital son las médicas y médicos vestidos con sus ambos.
A lo largo de un laberinto de pasillos inmaculadamente blancos, hay varias salas con pantallas y monitores de gran tamaño. También otras con computadoras, aunque sin las camillas típicas de un consultorio. Cualquier persona distraída podría jurar que no está dentro de un centro de salud. Pero así están dispuestas las oficinas de telemedicina del Garrahan.
Las salas están preparadas para la asistencia a distancia de pacientes que residen en cualquier provincia argentina, y para videoconferencias de capacitación e intercambio con colegas de otras naciones. Y ya se dio el puntapié inicial para la rama de telemedicina en emergencias, con una prueba piloto que está en perfeccionamiento.
“Este es el corazón de la Oficina de Comunicación a Distancia”, se entusiasma la líder del proyecto telesalud, Celeste Savignano. Mientras invita a recorrer el lugar, muestra las terminales a las que llegan un promedio de 30 consultas médicas por día, procedentes de diferentes ciudades del país. De ese total, la mitad son respondidas por los médicos y las médicas que trabajan en la OCD, y el resto requiere de interconsultas con especialistas del hospital.
“Las consultas se dividen en asincrónicas, que son aquellas que se resuelven de manera diferida por medio de una plataforma, y sincrónicas, que se tramitan en tiempo real, con las videoconferencias como herramienta prioritaria”, explica la médica.
Cuando se requiere realizar prestaciones adicionales, como laboratorios de alta complejidad o la revisión de una biopsia, tampoco es necesario que viajen los niños o niñas: con una autorización y un consentimiento, basta para tomar la muestra en el lugar de residencia, que luego se envía para su análisis al Garrahan.
La plataforma, que permite una ágil y óptima comunicación a distancia, es un entorno virtual que fue desarrollado por los ex ministerios de Salud y de Modernización. En la pantalla, los profesionales reciben las consultas que se envían desde los centros conectados en todo el país, en busca de una propuesta de segunda opinión o derivación. De esta forma, se genera un intercambio para resolver dudas y mejorar la calidad de la atención. Además, en la consulta se pueden incluir resultados de estudios.
“En los casos en que se pide derivación, desde la OCD intentamos transformar esa solicitud en una segunda opinión, siempre que sea posible, para evitar el traslado del paciente”, explica Savignano. Aunque rápidamente aclara: “Si es necesario que el niño o la niña viaje, desde aquí agilizamos los trámites para conseguir turno y facilitar el traslado, y así completamos nuestro trabajo”.
La líder del Proyecto Telesalud agrega que por la densidad poblacional, la mayor cantidad de consultas se reciben desde hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires. Y esos intercambios entre profesionales se incrementan durante las épocas de enfermedades respiratorias, como la bronquiolitis. Dos de los hospitales de referencia son el Sor María Ludovica, de La Plata, y el Posadas, de El Palomar.
La médica explica que el trabajo siempre es en red, esto implica que un responsable del equipo de salud local acompaña en todo momento al paciente. Ese profesional es quien decide si tiene en cuenta la propuesta de segunda opinión que se realiza desde el Garrahan, de acuerdo con el estado y la evolución del niño o la niña.
Aunque existe un proyecto de ley, hasta el momento no hay regulación de las experiencias en telemedicina en el ámbito privado o público. “Se aplican en telemedicina las buenas prácticas de la medicina tradicional”, concluye Savignano.
Santiago del Estero: 59 hospitales y centros de salud interconectados
“Las consultas por videoconferencias evitan que los chicos o chicas en tratamiento viajen varias veces por año a la ciudad de Buenos Aires”, afirma desde Santiago del Estero la coordinadora de la Oficina de Comunicación a Distancia, Cecilia Gómez Macedo.
RED/ACCIÓN pudo dialogar con la médica del Centro Provincial de Salud Infantil Eva Perón (CePSi) mediante el equipo instalado en el Garrahan. La provincia tiene 59 oficinas de comunicación a distancia, y es el distrito que logró la máxima extensión de la red local.
Con imagen y sonido impecables, la pediatra cuenta desde su consultorio cómo se iniciaron las consultas sincrónicas: “En 2016, una nena de 9 años fue operada de un timolipoma (un tipo de tumor benigno) y requería seguimiento anual. En vez de viajar, se realizaron todas las consultas con el equipo de cirugía por videoconferencia. La paciente se trasladó a la Capital Federal por única vez para operarse. Este año se cumple el cuarto control, y esperamos el alta”.
Otra nena santiagueña en control por asistencia a distancia vive con una enfermedad metabólica crónica: se trasladaba hasta cinco veces por año a Buenos Aires, y ahora sólo realiza un viaje anual. Además, la comunicación entre los servicios de terapia intensiva de la provincia de Santiago del Estero y el Garrahan redujo las derivaciones de pacientes, que disminuyeron de 15 a tres o cuatro por año.
En 2019, se inició desde el CePSI la atención a distancia hacia el interior de la provincia. “La primera consulta fue la de un paciente de neurología de la localidad de Brea Pozo. El nene había concurrido dos veces al hospital pero no consiguió turno, y no fue atendido. A través de la plataforma se hizo la consulta, luego se organizó el consultorio virtual, y pudo cumplirse el seguimiento”.
“Fuimos parte de la experiencia piloto en 2007 –cuenta la médica pediatra-. Comenzamos con el telefax, pero la tecnología avanzó y hoy la provincia tiene 15 equipos de videoconferencias, que utilizamos para asistencia y capacitación, no sólo para este distrito sino también a nivel nacional”.
“La telemedicina permite la equidad -asegura Cecilia Gómez Macedo-. Una persona que vive en cualquier lugar del país recibe la misma calidad de atención que alguien que reside en la ciudad de Buenos Aires”. Y agrega: “Las familias de los pacientes agradecen mucho esta posibilidad. Se evita el desarraigo, el costo de los viajes, la pérdida del trabajo del padre o la madre que deben acompañar a sus hijos. Para ellos, nuestra palabra adquiere otro valor cuando conocen que somos parte de la red de consultas del Hospital Garrahan”.