¡Hola amigos! Bienvenidos a una nueva edición de Siete Párrafos. Como cada semana, vamos a hablar de libros, o de planes alrededor de los libros. Hoy quiero dedicar el envío a una de mis actividades favoritas: la relectura. Y también les cuento sobre un podcast increíble con entrevistas que valen la pena a escritores que también valen la pena.
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Todo empezó con el chiste que decía... A la tercera persona que me encontré en las noche de las librerías que me dijo: “acá estoy comprando libros que nunca voy a tener tiempo de leer”, pensé algo que me venía dando vueltas estos días: nuestra vida es a base de 140 caracteres y tiempo líquido en donde todo es inestable, nada permanece y todo se renueva constantemente. Con un poco de ganas de contrarrestar todo esto, empecé a pensar que sería bueno dedicarle más tiempo a retomar ciertos libros y hacer de la relectura una actividad más frecuente.
- Todo empezó también cuando me puse a escuchar Abro hilo, el nuevo podcast de Flor Scarpatti, de entrevistas largas a escritores. Flor me había pedido que le contara en unos audios una anécdota para usar en el primer capítulo en el que entrevistó a Fabián Casas. Yo me lo puse a escuchar para ver cuán estúpida sueno y me enganché y me quedé clavada una hora con Casas y luego otra hora con el segundo capítulo en el que entrevista a Pedro Mairal.
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Libros de hoy, también. Al margen, atenti que el nuevo libro de cuentos de Mairal, Breves amores eternos (Emecé), es muy bueno. Bueno, Casas hablaba en el podcast de Tolstoi a quien adora y relee (uno de sus grandes libros se llama La supremacía Tolstoi, en el que cruza a Jason Bourne con el gran escritor ruso). Me acordé que yo hace unos años también releí a Tolstoi cuando me fui a Cuba de vacaciones y, no por culta, sino por ansiosa y por miedo a vivir 20 días sin internet, me llevé todo Tolstoi en el e-reader. Lo había leído a los 20 y, habiendo pasado desde aquel entonces casi 30 años, me parecía una buena distancia para atacarlo de nuevo. Y no me confundí.
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De Cuba y de Tolstoi. Así que escuchaba el podcast y pensaba: gracias Fidel por tanto y por haberme regalado tres semanas a puro Tolstoi (mechado con el soft porn pedorro de los cuatro tomos de 50 sombras de Grey de L.E. James que tuve que leer en ese mismo viaje por trabajo. Ja). Y recordando qué bueno que son los reencuentros con ciertos libros, y a santo de algo que escribí para esta columna hace unas semanas sobre Highsmith, volví a todos los Ripley. Una gran decisión para perder el tiempo.
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También, en el medio de esta moda que me agarró de revisitar cosas, vi de nuevo la obra de Kartun porque por ese texto también hay que pasar más de una vez (La vis cómica en el San Martin) y de paso aproveché para ver (por primera vez) el documental Kartun (el año de Salomé) de Hugo Crexell y Mónica Salerno que está en CINE.AR.
- Bis. No viene a cuento, pero de yapa, imperdible la obra de teatro La fiebre de Mariana Chaud actuada por Julieta Zylberberg en Nun. Vayan.
Y aquí, los libros de no ficción de la semana:
Once sur, de Cecilia Pavón, comentado por Paula Rodríguez. “Todo lo que transcurre en Once Sur, la versión libro del blog de Cecilia Pavón, produce un espejismo: el de estar leyendo un diario íntimo, asomándose sin mediaciones a la vida cotidiana de la escritora, poeta, artista y así descubrir sus ¿inspiraciones? ¿herramientas? ¿métodos? Pero la foto, como esas que se suben a las redes sociales, tiene un filtro: un pullover rojo no es un pullover rojo. La escritura de Pavón no tiene nada de espontánea. Puede que lo sea el acto de escribir en sí, pero sus cotidianas entradas breves, precisas al mundo virtual son las de alguien que, mientras relata los desayunos en un shopping olvidado, los trayectos por un barrio árido, los encuentros en un club punk, la experiencia alucinada de la maternidad, las relaciones que vienen y van y las amistades que se quedan, lo que ofrece es una excursión a un mundo interno en el que cada palabra ha sido largamente masticada antes de ser escrita”. Aquí, el comentario completo.
La política del modernismo, de Raymond Williams, comentado por Edgardo Scott. «Para desanudar este enredo debemos analizar su historia», escribe Raymond Williams en este libro a propósito del rechazo crítico compulsivo del naturalismo. Pero podría decirse lo mismo de cualquier rechazo crítico compulsivo. Otra manera de decir que la única verdad de una idea es la historia de una idea. Pero ahora vivimos en un tiempo, en un limbo en apariencia a-histórico, des-ideologizado y des-politizado que es el que Williams, vía su breve historia del modernismo, trata de poner sobre la mesa de disección. ¿A qué llamamos modernismo, qué es moderno? Entre nous, todavía en 1981, Virus cantaba «soy moderno, no fumo más». Aquí, el comentario completo.
Gracias amigos y amigas. Espero les haya gustado este envío. Recuerden que recibo todos sus comentarios y sugerencias. ¡Nos encontramos la próxima semana o, si se animan, el jueves en el evento!
Un abrazo,
Flor.