Vale la pena cultivar la paciencia, la capacidad de mantener la calma ante la decepción, la angustia o el sufrimiento. La virtud está asociada con una variedad de resultados de salud positivos, como reducir la depresión y otras emociones negativas. Si te sientes exasperado a menudo, aquí hay formas de controlar esos impulsos.
INTERRUMPIR EL CICLO Y EVALUAR EL RIESGO. Piensa en qué pensamiento o sospecha hace sonar la alarma en tu cerebro. Por ejemplo: si estar parado en una larga fila te vuelve loco, un mantra apropiado podría ser: "No tengo ninguna prisa en este momento".
La idea es dar un paso atrás de la situación e intentar mirarla de la manera más objetiva posible. Pronto pasará y, con toda probabilidad, olvidará que alguna vez sucedió.
RE-ENFOQUE LA EXPERIENCIA Y CONÉCTELA A UNA HISTORIA MÁS GRANDE. Sarah A. Schnitker, profesora asociada de psicología y neurociencia en la Universidad de Baylor e investigadora líder en paciencia, sugiere usar una técnica poderosa llamada re-evaluación cognitiva, que significa pensar en una situación de manera diferente.
Tomemos, por ejemplo, a alguien irritado por un compañero de trabajo nervioso. En lugar de insistir en su irritación, podría pensar en los momentos en que usted ha sido el que ha frustrado a los demás. "Dense gracia unos a otros", dice Schnitker.
ENTRENAR, NO INTENTAR. Schnitker dice que el error más común que comete la gente es pensar que su voluntad puede convertirla en una persona más paciente. Al igual que los corredores de maratón que no corren un maratón en su primer día de camino por los senderos, las personas que toman en serio el cultivo de la paciencia no deben esperar resultados inmediatos.
"Quieres entrenar, no intentar, por la paciencia", dice. "Es importante hacerlo habitualmente".
Ella sugiere practicar la paciencia en situaciones menos intensas, incluso tontas, cuando las apuestas no son tan altas. Vuelva a valorar una situación la próxima vez que note que se siente con mal humor, practique la meditación de atención plena o diga su propio mantra personalizado.
© 2019 The New York Times