María Mercedes Castro está sentada en el bar ubicado en el barrio porteño de Belgrano esperando la entrevista. Se la nota incómoda y con cierta timidez. La pila de libros y su cuaderno artesanal evidencian que no se trata de una joven de 27 años despreocupada y pendiente de las redes sociales, como muchos de sus contemporáneos.
“El lema de nuestra editorial es ‘No dejes que tus historias naufraguen’. Lo que hacemos es rescatar historias del naufragio”, dice con cierto orgullo, como una superheroína que se reconoce como salvadora de relatos, esos que sin ella nunca verían a la luz o, mejor dicho, el papel. Además, como todo superhéroe, este trabajo, vocación o servicio “a la comunidad” lo hace gratis, por amor a esas historias perdidas.
Aunque habla en plural, Signos del Sur Editores es una pequeña editorial que fundó hace dos años. Ella es quien viaja y busca la materia prima en el interior del país. “Trabajo con un ilustrador, una imprenta y una correctora, que me ayuda cuando tenemos dos proyectos en simultáneo”, detalla.
Así fue que Mer, como le dice su familia, comenzó desde 2017 a recorrer las provincias argentinas en busca de historias que merecen trascender, para ser conocidas por todo un pueblo, por otras localidades e, incluso, por el resto de la Argentina.
Los rescatados: de Chaco a Malvinas
El primer hijo de Signos del Sur fue Retoños, de Silvia Lidia Bled. “La autora es de un pueblo chaqueño llamado Quitilipi. Ella me contactó porque quería escribir una historia donde contaba cómo sus ancestros, mitad de Francia y mitad de Italia, se asentaron en el Chaco. Su familia fue la que creó el tendido de vías en esta provincia. Ese fue mi primer libro”, dice la licenciada en Letras con gran orgullo.
Todavía recuerda lo complicado que fue llegar hasta ese pueblo, y lo amable y hospitalaria que fueron las personas que la recibieron. “Ver las ansias que tiene la gente por contar sus historias y hacerlas trascender me confirmó que debía seguir haciendo este trabajo”, agrega Mercedes.
Actualmente esta editorial ya ha editado 15 libros pero ¿cuánto tiempo demora en terminar un libro? La fundadora de Signos del Sur asegura que a veces se encuentra con textos muy bien escritos, que sólo requieren pequeñas correcciones, pero en otras ocasiones los escritores tienen su historia por la mitad y necesitan ayuda para terminarla o darle un cierre. “No cobro por mis servicios. Los autores sólo deben cubrir los costos de la producción del libro. Depende de cuántos quieran imprimir, pero 150 ejemplares cuesta cerca de $15.000”, dice cuando se le pregunta sobre el costo de su editorial.
El proceso para seleccionar el material también es complejo. Muchas veces a Mercedes le toca la difícil tarea de decir que esa historia no es adecuada para su editorial. “Cuido mucho qué se publica, porque quiero que sean relevantes no sólo para la familia del autor, sino también para toda la comunidad y para todo el país, porque el objetivo principal de nuestra editorial es difundir la literatura regional por toda Argentina”, reconoce.
Entre sus publicaciones favoritas se encuentra Tierra del viento, de José Escalada. Su autor es de la provincia de Santa Cruz y cuenta una historia ficticia sobre los primeros habitantes de las Islas Malvinas. “La novela comienza en el presente, con dos amigos que encuentran cartas antiguas de una pareja de amantes. Ella, la protagonista, tiene que venir a las islas Malvinas por el trabajo del padre; él, en cambio, se queda en Inglaterra. A través de estas cartas, los amigos empiezan, en la actualidad, a investigar sobre esta historia y van descubriendo cómo eran los primeros habitantes de las islas. Se llama Tierra del viento porque en el puerto San Julián el protagonista siempre es el viento y, además, es la principal figura tanto en el pasado como en el presente. Es la conexión entre las dos historias”, relata la editora.
Lograr esta publicación fue tan importante para el pueblo que el autor fue protagonista de varias entrevistas en medios locales, donde comentó de qué trataba su obra y cómo logró editarla. “Tenía unos ahorros que venía juntando hace tiempo para poder publicar este libro. Ya pueden conseguirlo en las librerías de San Julián, en mi trabajo, o en mi casa. Yo tendré las puertas abiertas a quien quiera charlar conmigo del libro. Quiero que todos conozcan esta historia y que me compartan lo que sintieron al leerla”, dijo Escalada a un medio televisivo local.
Los nombres de los personajes son ficticios pero se sabe que la historia es real. Además, como un guía turístico o el embajador de un pueblo, el autor se tomó fotos en todos los lugares que va mencionando a lo largo de la novela.
"Relatos ricos que se pueden perder"
Actualmente la editorial ha publicado libros de autores de Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Río Negro, Santa Cruz y Mendoza, entre otras provincias; y cuenta con 2000 miembros o suscriptores del sitio web.
Otro punto fundamental es que estos libros no se distribuyen en cadenas comerciales. La distribución y difusión es otro de los grandes esfuerzos que hace la editorial. “Tenemos una plataforma digital donde informamos sobre los libros que vamos editando. También los difundimos en nuestra cuenta de Instagram y Facebook, donde hemos creado una comunidad de lectores muy grande, que está pendiente de nuestras novedades. Además viajo con frecuencia a ferias del libro que se hacen en pueblos y provincias del interior. Y los propios autores dejan ejemplares en las librerías de sus localidades”, explica.
Mientras nuevas historias se van gestando Mercedes sigue recorriendo el país en busca de más relatos, esos que es necesario salvar entre los mares, los ríos, los lagos, las montañas y las llanuras de nuestra querida Argentina.
“Muchas veces las personas consideran que sus historias no son muy importantes y yo estoy convencida de todo lo contrario. Son relatos sumamente ricos que de no ser escritos se van a perder, porque aunque formen parte de la oralidad de los pueblos y de las familias van a ir desapareciendo, poco a poco, si no quedan plasmados en papel. Y allí quiero llegar, para rescatar lo mágico de cada rinconcito que nuestro país tiene para regalarnos”, finaliza la heroína de relatos.
Una infancia entre libros
Para comprender esta pasión es necesario saber un poco más de esta joven editora. Mercedes creció en una casa donde las historias estaban esperando en cada rincón.
“Mamá estudió Letras y mi padre es anticuario. Aunque los dos tenían profesiones diferentes, siempre tuvieron una gran pasión por la lectura. Crecí en una casa donde había libros hasta en el baño. En casa siempre se respiró literatura”, dice con cierto orgullo.
Después de tanta lectura, como no podría ser de otra manera, Mercedes decidió seguir los pasos de su madre. “Me recibí de profesora y licenciada en Letras. Cuando terminé de estudiar me di cuenta de que dar clases de literatura no me llenaba por completo y decidí hacer una maestría de edición, en España. En cuanto la empecé descubrí que la edición es lo que realmente me gusta. Y fue ahí donde nació Signos del Sur”, relata.
Fue justamente en el viejo continente donde esta joven observó todas las acciones que la industria hace por allá para apoyar y difundir a los escritores locales. “Junto con una compañera del master, Natalia, oriunda de Colombia, comenzamos este proyecto con el objetivo de difundir los talentos de nuestro continente. Esos fueron los inicios de Signos del Sur. Al comienzo era una plataforma digital donde convocábamos autores latinoamericanos para editar sus textos. Hacíamos una selección, los corregíamos, editábamos y luego los subíamos a nuestra plataforma. Hacíamos esa tarea gratis”, recuerda.
Los días y los meses fueron pasando, y cuando terminaron sus estudios estas dos estudiantes volvieron a sus respectivos países. “Natalia decidió dejar el proyecto para abocarse a su carrera de abogada. Yo, en cambio, decidí continuar con Signos del Sur, pero con algunos cambios. Para mí los libros siempre fueron lo más importante, por eso quise transformarlo en un proyecto de papel y dejar de lado la plataforma digital. Tampoco podía abarcar toda América Latina, así que decidí enfocarme sólo en la Argentina”, resume.
“No vivo de la editorial, este es un proyecto que hago porque lo amo. Actualmente trabajo para una editorial de España y soy profesora de español para extranjeros, en la Universidad Austral y en la Embajada de Arabia Saudita”, aclara.
Una apuesta en medio de la crisis de las editoriales
La tarea que Mercedes se propuso no es sencilla. Al contexto económico actual poco favorable, se le suma la crisis que vive el mundo editorial. Este sector es uno de los más golpeados en los últimos años. Según los últimos datos de la Cámara Argentina del Libro, que incluye tanto a grandes como medianas y pequeñas editoriales, la producción de libros en el país cayó un 30% y de ventas alrededor del 50%, en el período que va del año 2015 al 2018. En 2015 se habían producido 83 millones de ejemplares de nuevos títulos y en 2018 ese número pasó a 43 millones.
Y las editoriales más pequeñas son quienes están sufriendo los coletazos más fuertes de la crisis que está viviendo el sector. En nuestro país son aproximadamente 350 las editoriales independientes, según datos de la Feria de Editores, evento anual que reúne medianas y pequeñas editoriales del país y la región.
Pero los malos pronósticos no asustaron a María Mercedes Castro, quien sin dudarlo decidió crear “Signos del sur”, una pequeña editorial con un gran objetivo.