Cualquiera que evalúe diferentes ofertas de trabajo se ve influenciado por diversos factores, desde el balance entre vida personal y profesional hasta las consideraciones salariales y la cultura de la compañía. Nuestra investigación sugiere que un factor a considerar con mayor detenimiento es hasta qué punto el rol es crucial para la misión de la organización, ya que los roles que son "centrales" brindan una serie de beneficios a las personas que los ocupan.
Una posición central es aquella que es irremplazable. Por ejemplo, una firma legal no puede brindar sus servicios sin abogados. En una serie de cinco estudios, nos lanzamos a comprender los costos y beneficios de estar en un rol central.
A través de tres estudios con más 800 participantes, desarrollamos y validamos una escala para evaluar cuatro dimensiones de un trabajo indispensable:
1. Qué tan importante es el trabajo producido en el puesto para la misión organizacional;
2. Si es que el trabajo puede realizarse o reemplazarse con otra posición;
3. Si nadie hiciera el trabajo, qué tan inmediatamente cesarían otras actividades laborales;
4. Si nadie hiciera el trabajo, cuántas otras actividades laborales cesarían (es decir, qué tan amplio sería el impacto).
También realizamos un estudio para evaluar si existe consenso entre los empleados de diferentes puestos dentro de la misma compañía acerca de qué roles son los ejes en su organización.
En la investigación, no encontramos desventajas de ocupar dichos roles.
Aunque las posiciones centrales suelen acarrear mayor responsabilidad, los empleados mostraron que, contradiciendo el sentido común, dichos puestos no llegan a agotarlos. Por el contrario, aceptar una posición periférica podría tener adversas consecuencias no anticipadas, haciendo que las personas los perciban como si no estuvieran “en medio de la acción.”
La mayoría de las organizaciones quieren mantener satisfechos a sus empleados, especialmente aquellos que realizan tareas importantes en posiciones centrales. Sin embargo, nuestra investigación sugiere que las empresas podrían obtener mejor rendimiento en sus esfuerzos de involucramiento si se dirigen deliberadamente a los empleados en puestos periféricos. Después de todo, estos últimos tienden menos a ver su trabajo como algo significativo, muestran menores niveles de involucramiento emocional hacia la organización y tienen más probabilidades de sentir inseguridad laboral o reportar agotamiento. Por ende, podrían ser los que más se beneficien de los esfuerzos organizacionales para elevar el bienestar de los empleados.
Lixin Jiang es profesora asistente de psicología industrial y organizacional en la University of Wisconsin Oshkosh. Thomas Tripp es profesor de administración en la Washington State University. Tahira Probst es profesora de psicología en la Washington State University.
©HBR, distribuido por The New York Times Licensing Group