¡Hola! Voy a compartirte un relato que impacta. Y que nos deja lecciones de solidaridad y empatía, necesarias en estos tiempos.
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Había una vez un cuento. Pero uno verdadero, real. Me lo contó un amigo médico, el protagonista de la historia que, recién recibido, trabajaba en una salita en un barrio postergado, cerca de una gran ciudad.
Cada tanto iba a atender pacientes a domicilio. Una vez lo llamaron y fue con su equipo a una casa muy (muy) humilde. Los atendió un matrimonio de menos de 50 años que aparentemente vivía solo. El señor tenía la presión un poco alta. Le hacen los chequeos, hablan con él y su mujer. Empiezan a establecer una relación con ellos dos.
Mi amigo médico se percata de que a una cierta distancia había un señor mayor, en silla de ruedas, que escuchaba. Poco a poco, el hombre se integra a la charla. Entre todos hablan de la salud, de la vida, las jubilaciones, las pensiones. En esa interacción, el médico pregunta al matrimonio:
—¿Este hombre es el papá de alguno de ustedes?
—No —responden.
—¿Es un familiar?
—No.
Al cabo de un rato, ya en confianza, el médico se anima y pregunta quién era este señor que estaba en la casa. Le dicen el nombre. A los fines de este cuento, llamémoslo “Pedro”.
—Vive con nosotros —le cuentan.
—¿Hace mucho?
—Hace unos años. Él camina poco, por eso usa la silla de ruedas.
—¿Y por qué está acá?
Entonces, le cuentan la historia. Un día, Pedro tocó la puerta de esa casa. Hacía mucho frío y tenía hambre. Pidió algo de comida. Lo hicieron pasar. Le dieron de comer y, preocupados por su falta de abrigo, también lo invitaron a dormir. Finalmente, este hombre, solo en el mundo, se quedó a vivir con ellos. Porque a ellos les dio esta sensación de desamparo. Los tres llevaban años viviendo juntos.
Es tiempo de mirar con más delicadeza y ternura a nuestros adultos mayores. Qué maravilla. Ese matrimonio, limitadísimo en recursos, tenía un afecto ilimitado. Y gracias a ellos Pedro tenía un hogar.
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La historia de Pedro nos deja varias lecciones. Una de ellas es la importancia de valorar a los adultos mayores, quienes han sufrido en forma especial los efectos de la pandemia y el aislamiento. A propósito de esta población, mañana es el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez.
En este marco, podemos pensar que, aún sin un maltrato físico o verbal, nuestros adultos mayores muchas veces sufren exclusión. Algo de esto podemos ver en un contenido reciente que publicamos en RED/ACCIÓN. Es la historia de Christoper, el adolescente de 17 años que, a partir de las vivencias de su abuela, creó Cuidalos, una aplicación para darle seguridad a los adultos mayores cuando salen a la calle. "Vivimos una revolución tecnológica donde todo el mundo está aprendiendo a programar… pero siempre se deja de lado a los adultos mayores”, advierte el joven. Lo interesante es que Christopher no se queda en eso y trabaja en un proyecto para capacitar a esta población en tecnología.
¿De qué otras maneras hoy las personas mayores sufren alguna clase de exclusión? ¿Qué ideas tenés para ayudarlas?
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Bueno, acá va una idea muy sencilla: ayudalos con los trámites online. En este contexto de vacunación, es lo que hicieron voluntarios de la Universidad Nacional de Lanús: asistieron a adultos mayores —y a personas con factores de riesgo o discapacidad— que no tenían acceso a internet para sacar sus turnos y poder inocularse.
“La mayoría de las veces la gente me contacta porque tiene dudas de por qué no la llamaron y demás, entonces vemos que muchas veces tiene los turnos vencidos o por algún problema de comunicación no se enteró cuándo tenía que asistir, en ese caso lo resolvemos y a quienes no tienen turno los derivamos a los y las voluntarias para que realicen la carga de datos y queden inscriptos”, contó Érica García, coordinadora del Voluntariado de la Secretaría de Cooperación de la Universidad.
Quizás vos hiciste algo parecido con algún familiar adulto mayor.
Pero, más que hacer los trámites por un adulto mayor, puede ser útil enseñarle a que lo haga (para incluir de verdad a la persona). Para esto, un recurso útil puede ser esta nota que publicamos el año pasado: "Tutoriales caseros: historias de cómo podemos enseñarles a usar la tecnología a las personas mayores".
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Por otra parte, el hecho de que muchos adultos mayores queden excluidos (por cuestiones tecnológicas o de cualquier índole) refleja muchas veces que los subestimamos. Pero siempre encontramos historias en las que las personas mayores nos inspiran.
Por ejemplo, en esta noticia que circuló en los medios durante los últimos días, Grace Lee McClure Smith, una mujer de Alabama, se graduó de la secundaria... a los 94 años.
“Estoy muy agradecida, muchas gracias. Es mejor tarde que nunca, ¿no?”, dijo durante la ceremonia de graduación, en la cual la acompañaron bisnietos, nietos e hijos. ??????
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Tres preguntas a la Doctora Romina Rubin, médica clínica y geriatra y directora general del Hogar LeDor VaDor. LeDorVaDor es una organización sin fines de lucro que brinda cuidados y atención integral a los adultos mayores de la comunidad judía, que cuenta con un modelo de financiamiento solidario [Por David Flier].
—¿Qué formas de violencia se ejercen contra los adultos mayores?
—La exclusión es un modo de violencia. Según un informe de la OMS, el edadismo (discriminación por edad) es la tercera causa de discriminación en el mundo, inclusive más que el sexismo y el racismo. Los prejuicios y estereotipos son, muchas veces, motivo de exclusión de las personas mayores. Representaciones de la vejez como una enfermedad, reduciéndola a un tema médico; la negación del erotismo, que se vincula a considerar que los mayores son asexuados o disfrutan menos o incluso reducir la sexualidad solo a la genitalidad; la descalificación intelectual donde se los suele equiparar a sujetos aniñados o personas con exageradas limitaciones cognitivas. El edadismo está asociado a una menor esperanza de vida, una salud psicofísica más deteriorada, y repercute en la calidad de vida porque aumenta el aislamiento social y la soledad no deseada, reduce la capacidad de expresar la sexualidad e incrementa el riesgo de padecer violencia y abusos. Sin dudas, estas cuestiones tienen un alto impacto en las personas mayores generando el desempoderamiento progresivo y en consecuencia la exclusión del sistema en general.
—¿Cómo los afectó la pandemia y aislamiento?
—El virus no solo puso en riesgo las vidas y la seguridad de las personas mayores, sino también, sus redes sociales, su acceso a los servicios de salud y sus empleos. En primer lugar, las tasas de letalidad relacionadas al Covid-19 fueron mucho más altas en las personas mayores, pero la pandemia también las colocó en una situación latente frente a la pobreza, aislamiento y discriminación. Esto generó un caudal importante de angustia, temor y sufrimiento. Por otro lado, el distanciamiento físico ha tenido efectos graves en la salud mental de las personas mayores. Aquellas que viven solas y que muchas veces tienen un nivel de inclusión digital menor que el de otros grupos, corrieron un riesgo aún mayor. Si bien el “distanciamiento físico” es crucial en la prevención del virus, tiene que ir acompañado de medidas de apoyo social y de atención específica para las personas de edad como, por ejemplo, el incremento de su acceso a las tecnologías digitales.
—¿Qué se puede hacer para ayudarlos?
—En primer lugar, brindarles información clara y precisa sobre sus derechos y empoderarlos para que defiendan el cumplimiento de los mismos. Existe la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que vela por sus derechos y que tiene rango constitucional en nuestro país. También es importante trabajar con generaciones más jóvenes para motivar el intercambio y apoyo intergeneracional. Desde los medios de comunicación se debe trabajar para promover la imagen positiva de la vejez de modo tal que logre vencer los prejuicios. A nivel de políticas públicas, es importante invertir en la cobertura sanitaria universal y la protección social y reforzar los marcos para proteger los derechos humanos de las personas de edad.
Este 15 y 16 LeDor VaDor lleva adelante la campaña de recaudación “Abracemos Vidas Mayores”. Si querés colaborar para mejorar la calidad de vida de personas mayores en situación de vulnerabilidad social y económica ingresá al Instagram del hogar.
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Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un abrazo.
Juan.