“Allá por el 2015, un grupo de personas que disfrutábamos del espacio que hoy es el Área Natural Yrigoyen vimos la necesidad de actuar, ya que empezamos a ver camiones que trabajaban para el municipio que iban a tirar escombros ilegalmente en el lugar. Muchxs nos conocimos en ese lugar. En ese momento decidimos organizarnos para proteger el espacio y que tenga el reconocimiento por parte del Estado como una reserva con guardaparques, un plan de manejo donde la ciudadanía sea parte activa de este espacio”, cuentan desde la organización. Y aclaran: “Presentamos un proyecto de reserva en la municipalidad, con copia a todos los bloques del concejo deliberante, pero nunca se trató”.
Alejandro Benatar, uno de los integrantes de la agrupación que trabaja por el arroyo Yrigoyen, amplía en nombre del equipo.
—¿Qué los motiva?
—Este es un espacio único en Vicente López en el que se puede conocer un poco de la naturaleza que hoy ya no existe en otras partes, porque fue sepultado bajo cemento, basura o escombros. La motivación está en proteger este lugar y que sea un espacio natural y agreste en el que la comunidad pueda disfrutar. Que sea un espacio de educación ambiental. Si bien el Área Natural Yrigoyen está sobre rellenos de escombros, la naturaleza hace un trabajo de reversión, que estamos acompañando, plantando muchas de las especies autóctonas y endémicas que desaparecieron por la desidia y la mala praxis de rellenar las costas con escombros que desde hace décadas se viene realizando.
—¿Cómo puede ayudar alguien que quiera involucrarse?
—Realizamos periódicamente actividades de plantación, limpieza, armado de caminos, riego, entre muchas otras. Venir a disfrutar y difundir la existencia de la reserva ayuda muchísimo. El lugar se beneficia con gente que siente y se conecta con la reserva. Siempre se puede venir a dar una mano para que la reserva esté cada vez mejor. Otras forma es cultivando especies autóctonas rioplatenses para plantar en las actividades de restauración ambiental. Para la persona que le interese podemos darle semillas de algunas especies que luego, cuando tengan un tamaño adecuado, se plantarán en el espacio.
—¿Qué aprendieron en este tiempo y qué desafíos tienen por delante?
—Aprendimos que este es un espacio esencial para una buena calidad de vida de quienes vivimos en Vicente López. La pandemia dejó en claro que los espacios verdes ayudan a la salud física y mental. También, que acercan a quienes vivimos en ciudades a desconectarnos de nuestras rutinas y sumergirnos en la naturaleza para relajarnos y aprender de ella a través de la observación y el cuidado. También, la importancia y la fuerza que otorga trabajar colectivamente para proteger la reserva. Nuestro desafío es llegar a más personas y lograr un compromiso activo de buena parte de la población para que se sumen y acompañen la movida del Yrigoyen. Y que la defensa de espacios naturales se replique en todos lados. En muchos lugares hay algún espacio para proteger, solo hay que dar el primer paso y comprometerse.