Lo que viene
Líderes sociales, políticos y empresariales buscan señales a las que aferrarse para intuir el futuro. Brújula en mano, auscultan lo que traerá 2023 antes de tomar decisiones. Algunas variables a las que mirar con cuidado.
Líderes sociales, políticos y empresariales buscan señales a las que aferrarse para intuir el futuro. Brújula en mano, auscultan lo que traerá 2023 antes de tomar decisiones. Algunas variables a las que mirar con cuidado.
Desde una pequeña marca de juguetes de cartón hasta un operador inmobiliario presente en siete provincias aportaron sus aprendizajes al ente municipal BioCórdoba, que elaboró el manual Buenas Prácticas de la Economía Circular. El texto, que se puede descargar de forma gratuita de su página web, orienta sobre cómo sumarse a un modelo productivo que reutiliza los desechos y busca un buen impacto ambiental y social, además del rédito económico.
Según una investigación del centro de estudios chileno Espacio Público, el modelo de Arbusta, una compañía con impacto económico y social que opera en la Argentina, Colombia y Uruguay cambia la vida de las jóvenes: les da la oportunidad de comenzar su recorrido laboral en el sector tecnológico y enfrentar así la discriminación.
Más de 200 familias del Gran Chaco se involucraron en la producción de harina de algarroba y en diez años lograron escalar en calidad y cantidad. Hoy cuentan con un producto prémium, le venden la producción a una empresa alimentaria y tienen planes de instalarlo en el mercado internacional. El proyecto aporta trabajo, restaura prácticas alimentarias que se están perdiendo y es cuidadoso con un monte en el que el ritmo de la deforestación es uno de los más altos del mundo.
El planeta enfrenta al menos ocho desafíos sistémicos simultáneamente, y para resolverlo hay que actuar con más pragmatismo ante estos impactos que interactúan entre sí. Los políticos deben encontrar la forma de trabajar enfoques alternativos de gobernanza mundial y colectiva. En este mismo sentido, los actores importantes a escala sistémica deben apoyar a los países que enfrentan dificultades.
La pandemia de COVID-19, el cambio climático y la guerra entre Rusia y Ucrania pusieron en manifiesto nuestra vulnerabilidad ante estas adversidades. Para que una ciudad sea capaz de enfrentarlas es importante diseñar estrategias de resiliencia urbana. Para eso hay que tener en cuenta: ¿para quién las diseñamos?¿Qué parte de la ciudad queremos que sea resiliente y qué tipo de adversidad? Según cómo respondamos a estas preguntas fomentaremos la equidad entre las personas o tendremos un efecto contrario.
El Programa Urban95 de la fundación holandesa Bernard van Leer trabaja con municipios para estimular la creación de espacios de juego, facilitar la movilidad urbana y fomentar el desarrollo de los niños. Para que las ciudades se enriquezcan entre sí, la iniciativa incluye compartir estas experiencias: los microespacios de Lima, las calles de juego de Bogotá y la plataforma de servicios Digitel de Tel Aviv son algunas de ellas.
PNUD elaboró un mapeo de soluciones que identifica cómo las mujeres de sectores populares del Conurbano Bonaerense encuentran maneras para lidiar, afrontar o mitigar los impactos negativos de la crisis provocada por el COVID-19; especialmente, en materia financiera, de recuperación socioeconómica y de autonomía económica.
Las políticas públicas de los Gobiernos locales de Godoy Cruz y Junín fueron distinguidas en los Premios Verdes, el evento de sostenibilidad más grande de Iberoamérica. En la primera, la ciudadanía recibe beneficios por colaborar en la recolección de botellas PET y de vidrio y actualmente se avanza en que el sector privado, generador de esos envases, invierta en más puntos verdes de acopio. En la segunda, se construyó una planta con tecnología única en el país que reconvierte luminarias de sodio en otras con tecnología led y ya lo está haciendo para otros municipios.
Una política pública articulada entre el Estado provincial y la Universidad Tecnológica Nacional ofrece capacitaciones para incluir a mujeres en un rubro que es de los que más movilizan la economía y que emplea en un 95,7 % a varones. En 2021 hubo veinte egresadas y se espera que en 2022 haya entre 80 y 100. El objetivo es generar empleo de mayor calidad e ingresos que los que les ofrece mayoritariamente el mercado laboral a las mujeres y derribar prejuicios sobre sus posibilidades en el sector. “No puedo cargar una bolsa de cemento al hombro, pero llevo dos en carretilla”, dice Constanza Rezinovsky, una de las flamantes constructoras.
La brecha de ingresos y la brecha salarial por género son una realidad en todo el mundo y la Argentina no es la excepción. Hoy las mujeres ganan un 26% menos que los varones con un puesto similar y muchas veces quedan relegadas a puestos inferiores. Pero hay programas (y países que los aplican) que ayudan a equilibrar la situación.
Tras una década en funcionamiento, el Programa Universidad Abierta para Adultos Mayores arranca este mes con los más de cuarenta cursos y talleres que ofrecerá durante este año y avanza en el proyecto de un edificio propio. Se trata de un espacio de formación, socialización y encuentro al que asisten desde personas que vuelven a la universidad después de años de graduarse hasta otras que no lograron completar sus estudios. En los últimos dos años, la cursada virtual que se impuso durante la pandemia permitió sostener el programa y sumar gente de distintos puntos de la región. El año pasado se inscribieron 3.194 personas.
La mayor parte de los sistemas tributarios en América Latina son regresivos, es decir, están compuestos por impuestos indirectos que se les cobran a todos por igual. De allí su incapacidad para reducir las inequidades. En el marco de su Convención Constitucional Chile tiene la oportunidad para diseñar un pacto fiscal inclusivo.
Según una investigación del centro de estudios chileno Espacio Público, el modelo de Arbusta, una compañía con impacto económico y social que opera en la Argentina, Colombia y Uruguay cambia la vida de las jóvenes: les da la oportunidad de comenzar su recorrido laboral en el sector tecnológico y enfrentar así la discriminación.
En Chile, la iniciativa Más que Juanitas reune a más de 20 organizaciones feministas que proponen incluir en la nueva carta magna ―en proceso de discusión― textos que reconozcan y redistribuyan las tareas de cuidado, prevengan las diferentes formas de violencia contra las mujeres, incluyan el principio de igualdad sustantiva y no discriminación, entre otros puntos. Ecuador, Bolivia, Colombia, la Argentina, Alemania, Bélgica, Francia, Portugal y Grecia tienen textos en sus constituciones que se toman como referencia.
En línea desde hace tres meses, cuenta con cuarenta voluntarias que se turnan todos los días, las 24 horas, para atender los pedidos de ayuda y acompañamiento, además de grupos de terapia y asesoramiento legal. La plataforma ofrece la posibilidad del anonimato y no deja registro. El modelo es un programa finlandés que trabaja para frenar el acoso escolar.
Las mujeres dedican 6,4 horas por día ―los varones, 3,4― a cuidar el hogar, a los niños, a los mayores, a las personas con discapacidad o enfermas. Pero ese trabajo, al asumirse como naturalmente propio del género, es invisible. La pandemia profundizó esta desigualdad y hoy hay consenso en los organismos especializados en que si no se resuelve este desequilibrio, difícilmente se pueda lograr una recuperación económica sostenible. Una campaña propone reconocer el problema para empezar a resolverlo.
Mientras la gestión de Bolsonaro recibe críticas de todo el espectro ideológico y pierde fondos internacionales destinados a proteger la región atravesada por el río Amazonas, surgen iniciativas de los Gobiernos y líderes locales para atraer fondos que financien actividades sustentables para el ambiente y las comunidades que lo habitan. Qué están haciendo los Gobiernos, las empresas y las comunidades de los nueve estados brasileños que se asientan en la región que concentra un tercio de la biodiversidad del planeta.
Eliminar requisitos innecesarios para acceder a anticonceptivos por períodos extensos, agilizar las consultas prenatales, implementar la interrupción del embarazo ambulatoria y virtualizar procesos son acciones que se pusieron en marcha en algunos países de América Latina durante la pandemia. Si bien fueron medidas de emergencia frente a un retroceso de la atención en salud reproductiva, son experiencias que se rescatan en un informe del Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro como buenas prácticas a seguir.
La ciudad, pionera en América Latina en el sistema conocido como metrobús, cuenta con el 96,5 % de las unidades del transporte público accesibles, lo que garantiza la eficiencia en los 21.000 viajes por día que hacen personas con discapacidad. Además, brinda servicios gratuitos para ir al médico y a la escuela.