“En la cobertura periodística hay cierto desequilibrio al momento de informar sobre diferentes tipos de derechos”. Así lo asegura Fernando Ruiz, académico y expresidente del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), quien se ha dedicado a investigar cómo los periodistas y medios de comunicación cubren los derechos humanos, la sociedad y la desigualdad en América Latina.
En su trabajo académico Ruiz ha ilustrado una paradoja de la profesión periodística. A pesar de que esta tiene su eje en la promoción de los derechos, los que ejercen esta actividad están más enfocados en la defensa de las libertades. Esto se evidencia en que, a pesar que muchos periodistas dicen querer contribuir a la transformación social, en la práctica la noticiabilidad sobre temas como la desigualdad y la pobreza es muy baja.
En esta entrevista, el periodista, escritor, investigador y docente argentino analiza cuáles son los principales desafíos y las perspectivas del periodismo latinoamericano para visibilizar temas cruciales como la pobreza, los grupos marginalizados y la desigualdad social extrema, los cuales son indiferentes para los grandes medios o corporaciones mediáticas que marcan la agenda informativa en la región.
Artículo recomendado: ¿Por qué si el periodismo está orientado a derechos es tan alta y persistente la desigualdad social en América Latina?
¿Cuál es la relación entre periodismo y derechos en nuestra región?
En América Latina el principal problema de derechos humanos es la desigualdad social, es persistente y extrema. El periodismo parece no ocuparse tanto de este tema y de los derechos sociales, como lo hace con otro tipo de derechos. Nuestros países tienen territorios muy amplios en donde la privación de derechos es masiva. Esto es un factor crucial, sobre todo donde la presencia de medios es muy pequeña, entonces hay una relación bastante directa entre la privación de derechos y la ausencia de medios de comunicación.
¿En qué radica la paradoja del cubrimiento de este tema?
La mayoría de los periodistas de América Latina dice, en foros o encuestas sobre la profesión, que quieren contribuir a la transformación social. Sin embargo, en sus prácticas la noticiabilidad de los derechos y la desigualdad social no es tan alta. Por esta razón, el periodismo no termina siendo un factor de presión o de incidencia para lograr que las políticas públicas, dirigidas a atender asuntos como la desigualdad, sean más activas y consistentes. De alguna forma, el periodismo termina funcionando como una institución que contribuye a reproducir la desigualdad. Se considera que es un tema importante, mas no urgente.
¿De qué forma se puede contrarrestar esa tendencia?
El entorno digital puede contribuir sobre todo en momentos que necesitamos un ciclo más social del periodismo. Las herramientas digitales pueden ser eficaces por la capacidad de llegar a más gente y de entrar con más profundidad en la conversación pública. El reto es poner estos asuntos, no solo en el foco de la gente, sino en el de los medios de comunicación tradicionales que no los tienen en su agenda.
Algunos de los nuevos medios digitales tienen más foco en la desigualdad social. Por ejemplo, los contenidos que realiza CONNECTAS en Latinoamérica, o en el caso de Centroamérica, El Faro y Plaza Pública, lo cuales tienen incidencia en la discusión pública y que incluso influyen en la agenda de otros medios más grandes.
¿Qué más casos se pueden destacar?
En medio de las protestas sociales en Chile, muchos de los grandes medios empezaron a incluir más contenido social en sus agendas. El umbral de tolerancia de la sociedad hacia la desigualdad cambió y entonces estos medios sintieron que, evidentemente, sus audiencias pedían una lucha más activa desde el periodismo contra esta problemática. La movilización y la indignación en las calles ejerció una fuerte presión hacia el cambio social y eso llevó a que el gobierno y otros sectores se ocuparan más de las demandas de la gente.
Otros de los temas que usted ha estudiado son los muros de pago ¿cómo influyen?
Las barreras de pago para acceder a contenidos agravan todo. Es comprensible que los medios busquen la monetización de lo que hacen y el sostenimiento financiero. El efecto que producen los muros es que las redacciones tienden a concentrarse no tanto en sus visitantes únicos, sino en un bajo porcentaje de suscriptores.
Muchas de las grandes redacciones son evaluadas por la capacidad de sumar suscriptores y sostenerlos, para lograrlo tienen que hacer un servicio muy focalizado y se olvidan muchas veces del trabajo que pueden hacer por los sectores marginalizados, los que están en pobreza o sufren de la desigualdad social.
¿Cómo darle más voz a los grupos marginalizados?
Este es un tema muy importante. Hoy en día los periodistas no tienen la libertad profesional en muchos medios y eso conlleva a que no puedan expresar su vocación social. En América Latina hay una enorme cantidad de medios que pueden llamarse semiprivados. Estos son los que tienen un dueño que depende de fondos políticos o de otras fuentes privadas. En estas empresas mediáticas hay una agenda muy restringida y los periodistas no tienen las manos libres para trabajar.
Otro factor que influye es que en muchos de estos países los sectores populares no han podido construir organizaciones con una voz pública amplia que les dé la posibilidad de hablarle a la sociedad en forma permanente.
Este artículo fue originalmente publicado en Connectas, y es republicado con permiso.
Podés leer este contenido gracias a cientos de lectores que con su apoyo mensual sostienen nuestro periodismo humano ✊. Bancá un periodismo abierto, participativo y constructivo: sumate como miembro co-responsable.