En Latinoamérica, pese al crecimiento en años recientes de las grandes cadenas de supermercados y la industria de los ultraprocesados, los espacios colectivos de venta de carnes, frutas y verduras siguen siendo elegidos por muchos hogares, tanto por la variedad como por el precio de los productos. Este ensayo fotográfico transnacional refleja la perseverancia de una tradición regional.