La legislatura de Neuquén aprobó la semana pasada el marco legal para crear un ecosistema de integrabilidad digital que apunta a terminar con los papeleos y peregrinaciones por oficinas que todavía hoy, con sistemas digitalizados, exige hacer trámites. El ecosistema terminaría con el distanciamiento digital, es decir, con la falta de conexión de los sistemas entre sí, que sigue obligando a las personas a perder tiempo en colas, formularios y fotocopias. Puede ser un modelo para replicar en otros territorios y un paso hacia una sociedad más digital y menos burocrática.
“Amalia tiene 82 años. Todas las semanas debe ir al hospital por su atención médica. Y para que la sigan atendiendo tiene que dar ‘fe de vida’, yendo al banco a cobrar su jubilación. La última vez que fue se enfermó porque hacía mucho frío. Y ahora está esperando a que llegue la policía para que dé fe de que ella está viva. ¿Dónde quedó la dignidad de Amalia? ¿Dónde quedó la dignidad de todos nosotros que nos la pasamos haciendo trámites engorrosos que nos llevan a peregrinar de cola en cola?”. Un año antes de la pandemia, el ingeniero civil Gustavo Giorgetti, asesor del Gobierno provincial de Neuquén, describía en TED Rosario esta situación habitual dentro del universo burocrático al que todos los ciudadanos estamos expuestos día a día.
La búsqueda de Giorgetti es, justamente, para lograr la comunicación entre sistemas informáticos para que los trámites burocráticos que hoy son interminables puedan resolverse con un solo clic. El texto de la ley recientemente sancionada puede parecer complejo o abstracto, pero el ejercicio de compararlo con lo que ocurre hoy en Estonia es claro y concreto.
¿Qué tienen que ver Estonia con Neuquén y los trámites que hacemos día a día?
La República de Estonia está situada en el norte de Europa, en la órbita de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Es la sociedad digital más avanzada del mundo: el 99 por ciento de los trámites oficiales pueden realizarse de forma digital. Desde votar hasta renovar el carnet de conducir, consultar la historia clínica o realizar un cambio de domicilio. Giorgetti visitó Estonia por primera vez en 2007, en un viaje organizado por el Banco Mundial sobre buenas prácticas de gobierno electrónico, y regresó en el 2017 para participar en el Congreso e-Governance y mostrar lo que se había implementado en Neuquén gracias a la inspiración del modelo estonio. Y ahora, mediante la sanción de la ley que otorga el marco jurídico para el ecosistema de integrabilidad digital, da un paso fundamental en la concreción de un viejo anhelo.
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— Legislatura de Neuquén (@LegislaturaNqn) June 2, 2021
La Cámara aprobó el marco legal para crear el Ecosistema de Integrabilidad Digital en la provincia.
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“La Ley N.° 14.087 será fundamental para resolver el eterno problema del distanciamiento digital que sufren los sistemas y que hace que nosotros, las personas, seamos casi sus únicas interfaces, lentas e ineficaces”, describe Giorgetti. El distanciamiento al que hace referencia es el de los sistemas informáticos de las organizaciones entre sí: no están interconectados, y los ciudadanos son un puente entre ellos cada vez que inician un trámite. Las colas, las fotocopias y los formularios son consecuencia de esa ineficiencia y desconexión de los sistemas.
Lo que se propone el modelo neuquino es sortear esa ineficiencia. Por ejemplo, si una persona con discapacidad llega al Banco de Neuquén y saca un número para hacer un trámite, el sistema recibe automáticamente información del Registro de Discapacidad y esa persona tiene prioridad para ser atendida.
En la provincia de Neuquén está disponible la tecnología X-Road que permite compartir datos criptográficamente de forma segura y sobre una internet abierta. Este es un elemento clave, ya que el propósito de la reciente ley es otorgarles valor probatorio legal a todos los datos compartidos dentro del ecosistema. “El proyecto es promover la transformación digital del Estado para sumar a todos los organismos de los tres poderes con el fin de trabajar coordinadamente y, de esta manera, ahorrarle al ciudadano tiempo y dinero que hoy se dilapidan en trámites ineficientes y empleados públicos enfocados en tareas monótonas que no agregan valor a la sociedad”, anticipa Giorgetti. Para imaginar la magnitud del cambio, otra vez el ejemplo de Estonia: ahí el ahorro fue el equivalente a un 2 por ciento del PBI.
—¿Cada trámite es como una validación de una firma digital?
— Sí. En realidad hay mucho más. Cada vez que un sistema comparte datos con otros sistemas lo hace firmando digitalmente el mensaje, encriptándolo para que solo el destinatario pueda acceder y dejando una traza inalterable de que ese intercambio de datos fue realizado utilizando los mismos algoritmos.
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El ecosistema
Luego de la sesión en la Legislatura neuquina, la diputada Lorena Abdala explicó que la Ley de Integrabilidad Digital resguarda la transmisión de datos entre los actores que forman parte del ecosistema, que “opera de forma horizontal y participativa”, que son los tres poderes del Estado y los organismos que se incorporen con posterioridad. Hasta el momento, existen 53 convenios entre el Gobierno provincial y distintos organismos públicos y privados que se han integrado.
La ley surge de la necesidad de contar con un marco jurídico “con el fin último de simplificarles la vida a los ciudadanos”. Con este sistema, solo tendrán que proporcionar el dato “una sola vez”, agregó la diputada, aludiendo al principio de once-only sobre el que se basa toda la propuesta. La confidencialidad y protección de los datos suministrados por los usuarios y compartidos por los organismos al interior del ecosistema son su esencia.
.@LoreAbdala "estamos otorgando el marco jurídico y un modelo de reglas claras para la convivencia digital. Buscamos en definitiva simplificar el acceso de las y los ciudadanos a integrabilidad digital de datos" #CulturaDigital ? pic.twitter.com/cRPDgjjx8y
— Diputad@s MPN (@DiputadosMPN) June 2, 2021
“Ninguna oficina u organismo puede pedirle al ciudadano un dato que otra oficina u organismo del Estado ya tiene”, agrega Giorgetti, sobre el principio de once-only. Esto terminaría con el peregrinaje entre diferentes oficinas y organismos o incluso entre portales web, el “cadeteo” de las personas llevando papeles de un lugar a otro o bajando formularios de una página, escaneándolos y volviéndolos a subir en otra.
La norma que plantea una mejora en la integración de los sistemas digitales está enmarcada en la Ley N.° 25.326 de Protección de Datos Personales (nacional), la N.° 2819 de desburocratización en la administración pública y la N.° 3044 de acceso a la información pública (estas dos últimas, provinciales). La Secretaría de Modernización de la Gestión Pública de la provincia funcionará como autoridad de aplicación de esta legislación, que prevé beneficios para quienes accedan al ecosistema digital, basados en seguridad, confidencialidad, trazabilidad y servicios digitales.
La pandemia y la digitalización
“La COVID-19 fue un agente clave para acelerar la transformación digital y algunos estaban mejor preparados que otros para este desafío. Hay cosas que se hicieron bien, otras mal o a las apuradas y ahora están volviendo atrás, como las recetas por WhatsApp. Pero lo importante es que nos dimos cuenta de que muchas cosas se pueden hacer digitalmente y no hay problemas”, describe Giorgetti. En el caso que pone de ejemplo, el de las prescripciones médicas por chat, aceptadas por farmacias y obras sociales, al principio de la primera cuarentena funcionaron, pero luego fueron el blanco de algunas adulteraciones y eso también desnudó que para que la digitalización sea efectiva se debe trabajar en materia de seguridad.
En Neuquén, durante la pandemia, varios laboratorios y clínicas del sector privado de la salud se sumaron al ecosistema informando datos de análisis de COVID-19 y disponibilidad de camas de terapia mediante esos mecanismos criptográficamente seguros. Giorgetti describe que para Estonia fue muy fácil la gestión digital de la crisis sanitaria porque la capacidad de hacer las cosas digitalmente ya estaba disponible.
“Los trámites ya eran 99 por ciento digitales, la educación pasó a ser más virtual que presencial, pero había infraestructura para hacerlo, el esquema de salud digital ya era robusto y seguro”, enumera. Lo que sucedió en esta etapa fue que el sector público empezó a implementar el uso de inteligencia artificial (IA).
A través de la ley kratt, con el fin de facilitar la comunicación entre ciudadanos o empresas y el Estado, se implementa un concepto novedoso: el #bürokratt, un asistente virtual que habla y brinda asistencia en el uso de los servicios estatales, ya que está vinculado a los servicios electrónicos más importantes de todas las áreas de la administración. El nombre Kratt se toma de la mitología estonia y hace referencia a una criatura mágica, un sirviente construido con heno o artículos domésticos viejos. El Gobierno de Estonia utiliza este personaje como metáfora de la IA y sus complejidades.
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De Neuquén hacia toda la Argentina
Para Giorgetti, todos los territorios deberían desplegar ecosistemas digitales. “Hoy se está trabajando desde el Consejo Federal de la Función Pública para reunir a las provincias, sumadas a la Secretaría de Innovación Administrativa de Nación en un proyecto denominado Ecosistema de Integrabilidad Federal Argentino, que permitirá una transformación digital colaborativa de múltiples actores”, anticipa. Y vaticina que producirá avances disruptivos inimaginables.
De hecho, actualmente el neuquino trabaja junto a colegas de Mendoza en el Proyecto Andino que busca acelerar el paso fronterizo hacia Chile, donde un camión puede demorar diez días en superar 250 kilómetros debido a los controles aduaneros y de seguridad que atraviesa. “Hay siete actores públicos ―cuatro chilenos y tres argentinos― que tienen el control de las exportaciones. Hay una sala con siete servidores que lo único que comparten es la energía eléctrica y el aire acondicionado”, describe. Esto significa que cada dato se carga varias veces y en cada carga hay un ser humano distinto. El proyecto apunta a simplificar al máximo el paso fronterizo compartiendo los datos entre los sistemas, con el beneficio extra de incrementar el control en la digitalización de todo el proceso desde que el camión parte del puerto seco hasta el pase fronterizo. En caso de concretarse, sería similar a lo que actualmente se hace en los pasos fronterizos entre Estonia y Finlandia.
Hoy existe un grupo de 30 personas representando al Gobierno nacional, a varias provincias, a la academia y al sector privado que trabaja en la futura norma IRAM 17.610 de ecosistemas digital de integrabilidad, que determinará los requisitos mínimos para poder desplegar por todo el país estos ecosistemas “en los que la convivencia digital sea posible y el distanciamiento digital del que hablamos sea solo un mal recuerdo”, concluye Giorgetti.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 15 de junio de 2021.
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