Javier González es el director de SUMMA, un laboratorio de investigación educativa para América Latina y el Caribe que demostró que en Chile es muy baja la conexión entre alumnos y docentes. En esta entrevista, analiza lo reveló la investigación.
—¿Qué refleja la investigación que SUMMA, en conjunto con varias universidades chilenas, hizo en ese país sobre cómo se está dando la educación a distancia?
—Chile, que es el país con mayor PBI per cápita de la región después de Panamá, muestra altos niveles de conectividad a Internet en los hogares (88% contra el 46% en promedio en Latinoamérica y el Caribe). Sin embargo, en muchos casos la conectividad no es adecuada para fines pedagógicos (por ejemplo, demasiado lenta) o está disponible a través de una sola computadora para toda la familia. Es decir, en la práctica, no vemos que este alto porcentaje de conectividad se refleje en un acceso real y efectivo de los estudiantes a espacios virtuales de aprendizaje.
—¿Quiénes participaron de la encuesta y qué contaron?
—Participaron más de 3000 profesores del sistema escolar chileno. De ellos, el 62% dijo que se ha comunicado regularmente o casi todos los días con sus estudiantes usando principalmente Internet o el teléfono. Pero, en promedio, solo han logrado mantener un contacto frecuente con la mitad de ellos. Casi dos tercios de los docentes manifestó que los estudiantes no cuentan con acceso a Internet (63%). Tampoco se les entrega materiales impresos, dado que solo el 8% de los profesores reconoce hacerlo habitualmente.
—¿Qué datos son los que más llamaron la atención del relevamiento?
—Lo que más llamó la atención fue la extremadamente baja “conectividad efectiva” de los estudiantes. Los índices generales de conectividad del país daban para pensar que la comunicación y capacidad de mantener un vínculo pedagógico con los estudiantes era mayor. Esto explica por qué, según la encuesta, la mitad de los docentes siente que no está logrando que sus estudiantes aprendan lo esperado. Además, solo el 9% considera que la mayoría de sus estudiantes cuenta con hábitos para estudiar de forma autónoma. Y el 75% piensa que no poseen las habilidades necesarias para utilizar aplicaciones para estudiar a distancia. También es llamativo que los recursos puestos a disposición por el Ministerio de Educación de Chile están siendo poco usados. Solo el 49% de los docentes trabaja con los textos escolares y apenas el 27% utiliza las plataformas habilitadas.
—¿Qué recomendaciones hacen para la región a partir del estudio?
—Creemos que se debe avanzar en tres líneas. Una, como los estudiantes no poseen conectividad efectiva, recurrir a diversas estrategias (televisión, radio, etcétera) que incluyan un fuerte componente de apoyo a través de materiales pedagógicos impresos que sean entregados en sus hogares. Dos, mejorar la oferta pedagógica online para los alumnos con conectividad. Y tres, preparar desde ahora la estrategia de vueltas a clases para el próximo año académico. Para esos fines, el foco debe estar en desarrollar planes de nivelación efectivos. Claro que para que se de todo lo anterior, es clave formar a los docentes. Ellos no han sido capacitados para impartir educación remota ni implementar planes de nivelación a gran escala. De hecho, más del 80% de los docentes encuestados dice necesitar formación para afrontar la crisis, sobre todo en el uso de estrategias pedagógicas para enseñar a distancia y para apoyar socioemocionalmente a sus estudiantes.
Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.