¡Hola! Esta semana quisiera incentivarte a llevar a cabo una acción concreta y muy palpable en un contexto de crisis climática.
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Desde hace ya mucho tiempo que oímos hablar del calentamiento global. De lo que significa la suba de temperatura. De la posibilidad catastrófica de que los hielos se derritan cada vez más rápido y lo que significaría en inundaciones, en vidas humanas. Entre tantas cosas que nos ocurren en el planeta, esta pareciera más tremenda, caótica, terrible. Pero también a veces suena más lejana: tal vez muchos no la terminan de creer. Quizás porque lo global nos queda lejos: nos resulta más inalcanzable. Mucho más si te dicen que se derriten los glaciares y los hielos de la Antártida y Groenlandia: qué lejos estamos las personas comunes y corrientes de poder modificar eso. Uno imagina que está en manos de los científicos, grandes compañías industriales que generan combustión y Estados.
¿Qué podemos hacer en lo cotidiano? Es cierto que se pueden hacer cosas muy concretas. Empezando por tener el aire acondicionado a 23-24°. O que el fuego de la hornalla no exceda la cacerola. Apagar las luces que no se utilicen. Intentar andar más a pie y en bicicleta y menos en auto. Reciclar los plásticos, usar menos plásticos. Hay una lista enorme. Y aun así nos sentimos lejanísimos. Porque la relación entre levantar (dignísimamente) una botella de plástico en una plaza en relación al derretimiento de Groenlandia nos queda muy lejos.
Muchos de nosotros venimos pensando desde hace tiempo qué hacer. Y decidimos algo: mientras pensamos qué hacer, hay algo muy concreto, muy contundente, muy palpable: plantar un árbol.
Plantemos un árbol. Mejor aún: plantemos un árbol nativo. Tiene un montón de señales, fuerza, significado. Primero: la eficiencia que tiene un árbol en el combate directo con el calentamiento global. Un árbol genera oxígeno. Y 40 árboles generan aproximadamente el oxígeno para 10 personas anualmente. Y, también, estos 40 árboles absorben, por ejemplo, el producto de la combustión de unos seis meses del auto que usamos.
Además: la fuerza de un árbol a nivel simbólico. Se ve, se palpa. Se pueden plantar en comunidad. En una oficina, un parque, una escuela. Se pueden fabricar bosques si esto se hiciera de a decenas y miles de personas.
Por ahora, plantar un árbol pareciera de lo más contundente que se puede hacer para dar respuesta a algo tan enorme como el calentamiento global. Es cierto que hay que tomarse un rato para conseguir las semillas, ir, plantarlo, cuidarlo. Pero es tan concreto. De todo lo que se escucha, de todo lo posible, resalta la potencia que tiene el ÁRBOL (con mayúscula) en lo que significa, en lo que hace. Además, donde hay más árboles hay más aves, un ambiente recuperado.
Mientras pensamos en algo tan complejo y que suena tan lejano como el calentamiento global, una propuesta: mientras pensamos, plantemos un árbol.
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Si solés leer los contenidos de RED/ACCIÓN, seguramente no te sorprendas sobre todo lo que implica plantar un árbol. A propósito, acá te dejo un par de entrevistas sobre el tema:
- Cómo funciona el buscador de Internet que plantó 100 millones de árboles. Fátima González-Torres explica el Proyecto “Vos buscas en Internet, nosotros plantamos árboles”, que tiene presencia en todo el mundo.
- Lisandro Grané: "Plantar un árbol nos saca de la ansiedad y el egoísmo de la vida moderna". A propósito de la carga simbólica que implica plantar un árbol, el fundador y director de proyectos de la ONG Un Árbol habla de lo que esta práctica implica más allá del cuidado del ambiente.
Por otro lado, te recomiendo la nota de Tais Gadea Lara Cómo la crisis climática afecta nuestra salud mental (y qué podemos hacer al respecto). Un adelanto: lo que podemos hacer tiene que ver con pasar a la acción.
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Como decíamos más arriba, una de las aristas que hacen de plantar un árbol una acción cargada de significado es el hecho de que es un acto que muchas veces se hace en comunidad. Justamente, hay muchas organizaciones que promueven plantar árboles mediante distintas campañas y capacitaciones. Acá hay un puñado de ellas (también podés buscar en tu ciudad, ya que hay proyectos en distintos lugares del país).
- Un Árbol. La ONG que mencionamos tiene distintos programas, incluido uno de plantación colectiva de árboles nativos. “Lo hacemos imitando el diseño de la naturaleza y de manera colectiva y participativa, generando una relación uno a uno, árbol–persona. Plantamos garantizando la supervivencia del ejemplar, con las medidas de seguridad que protejan la salud del árbol”, cuentan.
- Asociación Civil Germinar. Entre los distintos proyectos ambientales con los que cuenta la organización, uno tiende a “regenerar en comunidad para sensibilizar, empoderar y acompañar a las comunidades para crear un mundo más sano, vital y biodiverso”. Parte de esto se logra al plantar especies nativas de árboles.
- Plantarse. Promueve acciones con impacto ambiental y social a través de capacitaciones, programas y voluntariados. Entre esto se encuentra promover “bosques urbanos”, mediante la plantación de árboles autóctonos.
- Semana del árbol. Es una campaña nacional de plantación, adopción y donación de los árboles nativos más importante de nuestro país. Se realiza cada año y en este 2021 empieza mañana (y va hasta el 31 de agosto).
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Tres preguntas a Gonzalo del Castillo, impulsor de la campaña Semana del Árbol [Por David Flier].
—¿En qué consiste la campaña?
—Es una campaña que impulsamos desde 2012. El 29 de agosto es el Día Nacional del Árbol y buscamos aprovechar la última semana del mes. Articulamos con organizaciones públicas y privadas para garantizar la donación, adopción y plantación de árboles nativos. Hacemos talleres, jornadas de plantación en distintas partes del país. Referenciamos todas las acciones en un mapa para mostrar el impacto cuantitativo. Buscamos poner en valor los servicios ecosistémicos de los árboles y a la vez trabajar sobre el sentido simbólico del acto de plantación. Además de muchos beneficios, es un acto simbólico de restauración del ser humano con la naturaleza, porque hemos cosificado a la naturaleza y esto ha impactado en la ya conocida crisis climática. Desde 2012 llevamos plantados más de 500.000 árboles. Actualmente hay más de 200 municipios y cientos de ONG vinculadas a la campaña. Pueden encontrar información de la campaña en nuestra página o escribirnos a info@semanadelarbol.org.
—¿Cuál es la importancia de plantar un árbol?
—Para mí el tema es que, como nunca antes en la historia pasada, el escenario actual es de colapso sistémico. Las advertencias de la ciencia son alarmantes. En este contexto plantar un árbol (especialmente cuando uno lo hace con el árbol adecuado, con el sentido adecuado, en el lugar adecuado, lo que no es menor) es uno de los factores claves de la acción climática para evitar el calentamiento global. Es una acción revolucionaria (aunque vale aclarar que son necesarias muchas otras a la vez). Es importante tratar de hacer esa acción dándole el sentido adecuado, entendiéndonos como parte de la naturaleza. Tenemos que regenerar ese vínculo, a través, en parte, del acto de plantación. Tenemos que hermanarnos con la naturaleza, para lo cual es bueno tomar el ejemplo de los pueblos originarios.
—¿Qué respuesta ves de las personas en relación a la conciencia ambiental y la plantación de árboles?
—Desde 2012 en adelante la conciencia va creciendo. En 2020 y 2021 incrementó mucho más. No sé si es impulsado por el contexto global que vivimos: incendios, sequías, pérdida de biodiversidad… Lo que antes eran advertencias y se tomaban como algo lejano ya se ve en la cotidianeidad. En esa imagen tan presente. Eso creo que esta ayudado de algún modo a que la sociedad civil, empresa y gobiernos tomen conciencia. Dicho esto, notamos mucho más interés sobre la importancia de los bosques. Son cosas que a pesar de las sombras que enfrentamos brindan una luz de esperanza.
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Quiero dejar una propuesta para los y las jóvenes. Se trata de la iniciativa que llevan en conjunto distintas organizaciones de la sociedad civil con foco en la sustentabilidad y el activismo de la juventud: Eco House, Economía Feminita, Democracia en Red y Oajnu. Se llama “#SeVoz”: una convocatoria para jóvenes de 14 a 20 años.
La consigna es crear un meme con una problemática que preocupe. El objetivo es que cada vez sean más los y las jóvenes que se involucran con cambiar aquellas cosas que creen que deben cambiar en sus comunidades.
Quienes resulten finalistas van a poder exponer sus propuestas ante el Congreso de la Nación.
La convocatoria cierra el 15 de septiembre. Podés conocer más acá.
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Antes de despedirnos, una historia que conmueve (y que, por supuesto, oxigena). La historia de Maria Andrejczyk es de por sí emotiva, al menos para amantes del deporte: esta polaca de 25 años ganó una medalla de plata en los últimos Juegos Olímpicos. Y si para participar de esta cita y subirse al podio los esfuerzos siempre son grandes, en su caso se sumó el haber superado un cáncer de huesos. Pero ese es apenas el inicio de la historia.
Lo más emotivo es lo que Maria hizo con su medalla. La subastó para ayudar a pagar los gastos de una operación de Milosz Malysa, un niño con insuficiencia cardíaca que desde hace tiempo juntaba dinero para operarse en Estados Unidos. Una intervención quirúrgica necesaria para que sobreviviera.
Maria explicó que decidió subastar la medalla porque sabe lo que es “luchar contra la adversidad y el dolor”.
Finalmente, apareció un comprador, por nada menos que 51.000 dólares. Quien puso la plata fue Zabka, una popular cadena de minimercados en Polonia. Y el final fue doblemente feliz, porque le dijo a Maria que podía conservar su medalla.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un abrazo.
Juan