¡Hola! Hace un año, alrededor de 3 millones de trabajadores argentinos abandonaron sus oficinas, sus escritorios, las charlas de pasillo y el after office para trabajar desde sus hogares. A lo largo de 2020, con pandemia de por medio, algunos tomaron la decisión de cambiar de empleo. Y este cambio fue distinto a otros porque fue la primera vez que tuvieron que hacer un onboarding remoto.
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El año pasado, Federico Caprile, lector de Otra Economía, pasó por tres trabajos distintos, producto de la pandemia. Y ahora comenzó el cuarto. En diciembre 2019, se recibió de ingeniero civil y un mes antes de terminar la carrera comenzó a trabajar en una empresa como pasante. "Al decretarse la pandemia empezamos a teletrabajar. Luego no me renovaron el contrato. De ahí, pasé a trabajar en una ONG y luego, por dos empresas más”, cuenta.
- En uno de los trabajos que Caprile comenzó de manera virtual cuenta que la comunicación era por WhatsApp y por una plataforma para realizar reuniones y eventos. “Recibí una corta explicación de cómo usar la plataforma que sirvió para comenzar los primeros días. El resto lo fui descifrando yo. La presentación fue virtual, en una reunión general, con 30 participantes. La verdad es que fue muy extraño, sobre todo porque había muchos con cámaras apagadas y todos ya se conocían de antes. Yo y un par más éramos los únicos con la cámara prendida, lo cual me ponía nervioso. Durante el trabajo me costó mucho entender con qué áreas podía interactuar e intercambiar ideas para mejorar. Por ese motivo solía trabajar de manera individual, relacionándome directamente con mi jefe”, describe.
- Hoy tiene una modalidad mixta de trabajo. Va a las obras, pero la mayoría de sus reuniones son virtuales. “Puedo notar que tener un trabajo presencial ayuda a que te puedas integrar más rápidamente que de manera virtual”, dice.
- El consultor Senior de Whalecom Juan Pablo Sanguinetti considera que en este momento los procesos de onboarding están siendo menos cuidados. “Tengo la sensación que se busca un modelo ejecutivo y expeditivo, que pierde humanidad. Se termina poniendo foco en la logística: que tengas la computadora, el acceso, la configuración, pero no se atiende la parte soft”.
- Jimena (nombre ficticio) señala que su experiencia de comenzar un trabajo nuevo en pandemia fue un desastre. “Mi jefa no tenía tiempo para darme capacitación. De la nada me preguntaba si podía conectarme a zoom, me hablaba 15 minutos y luego me decía que tenía que irse a otra reunión. Cuando le dije que tenía algunas dudas sobre la ONG y si podíamos tener una sesión me envió un montón de archivos y me dijo que si los leía entendería todo. El equipo de trabajo éramos cinco personas, todas en distintos países. El equipo fue amable conmigo y resolvió mis dudas cuando les hablaba en privado”, relata.
- Analía es licenciada en comercio exterior y dice que la capacitación en su nuevo trabajo fue agotadora. “Empecé hace un mes y todavía siento que no me capacitaron del todo. Fue muy superficial. No encuentro personas con tiempo para explicarme. Al haber tantas videollamadas de control, se pierde tiempo de capacitación. Además, todavía no me sentí integrada. La bienvenida fue con un mail de Recursos Humanos”, cuenta.
- Sebastián Ismael trabaja en la industria de desarrollo de software y en septiembre empezó en una nueva empresa. Allí, se encontró con más complejidades de las que esperaba, sobre todo en temas blandos, como conocer la cultura de la empresa o a las personas del equipo. “Me cambié varias veces de trabajo y nunca tuve un tema con la adaptación. Los últimos seis meses en mi trabajo anterior fueron remotos y pensé que no habría mucha diferencia”, comenta. La empresa de Sebastián asigna un coach para las primeras semanas que guía a la hora de capacitarse y va organizando las agenda. “Me parece importante una persona que te acompañe”, dice.
- Él lo que más extraña es el contacto con la gente. “Conoces más lento a las personas y es todo más frío. Las dinámicas intrapersonales de los equipos personales son las más difíciles de captar. Me parece que es irremplazable lo que pasa cuando te encontrás cara a cara con alguien”, expresa.
- María del Pilar Ayuso se sumó al equipo de redes de Infobae. Dice: “Hasta el momento había trabajado de forma presencial toda la pandemia y en enero conocí el teletrabajo que tanto había envidiado cuando todo era temor e incertidumbre. Lo detesté. Es ideal para hacerlo una vez a la semana, nada más. La fluidez del trabajo y la interacción con los compañeros no es lo mismo. Hay gente del equipo que no conozco personalmente, ¡una locura! La capacitación fue súper intensa de forma presencial por dos semanas. Quizás una buena mejora sea implementar burbujas de trabajo para ir rotando in situ, obvio que para quienes quieran salir y no sean de riesgo”.
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Algunas empresas innovaron en el proceso de onboarding e hicieron que la experiencia fuera más llevadera e incluso divertida. Leonora López Redelico empezó a trabajar en Ualá en septiembre y cuenta que la capacitación fue dinámica y se sintió parte del equipo desde el primer día. “Algo que me gustó fue que se generó un espacio de confianza para hacer preguntas”, señala.
- En septiembre, Mora Violante comenzó su primer trabajo. “Desde el día uno me sentí parte del equipo, incluso organizaron una videollamada para conocernos y generar un espacio más ameno y relajado. Respecto a mis tareas, el acompañamiento, la devolución y las videollamadas fueron fundamentales como así también el uso de Trello, donde hay tarjetas de sugerencias, lugares para informarme, cosas a tener en cuenta, herramientas y datos útiles porque era mi primera vez no sólo en un trabajo, sino también en un rubro que desconocía por completo. El ida y vuelta constante fue super importante”, destaca.
- Roi Benitez expresa que tuvo el mejor onboarding del mundo. “La cultura corporativa es muy linda. Se implementó un mapa de desafíos. Las primeras semanas tuve misiones para cumplir, que implicaban leer algo o tomarme un café con alguien. Estaban en Trello y tenía que completarlas a mi ritmo”, cuenta
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Según una encuesta de Adecco, el 91% de los teletrabajadores consultados aseguró no haber recibido ninguna ayuda por parte de su empleador para el pago de Internet, luz o algún otro servicio. Sin embargo, y pese a ello, la mitad estaría muy contenta de poder trabajar bajo el modelo híbrido de algunos días en la oficina y otros en casa.
- Además de readaptar su vida a la nueva modalidad, también debieron readaptar sus hogares. Un 62% manifestó que pudo hacerlo correctamente, mientras que el 38% no pudo hacerlo por diversos factores: económico, falta de espacio y otras situaciones. En este aspecto también se puede señalar que el 72% no recibió ningún tipo de ayuda de su empleador para equipar su lugar de trabajo. Sólo un 28% tuvo la suerte de recibir sillas, escritorios, computadoras o alguna ayuda económica para adquirir equipos, muebles o suplir alguna otra necesidad.
- Un 58% de los consultados aseguraron que en las compañías donde trabajan continuará la modalidad del home office durante 2021. Un 17% remarcó que vuelven a la oficina y el 25% explicó que todavía no hay una decisión tomada al respecto.
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Tres preguntas a Emiliano Fazio, cofundador y CEO de Arbusta, una empresa latinoamericana de tecnología con oficinas en Buenos
Aires, Medellín, Montevideo y Rosario.
- Sus planes de expansión para 2021 contemplan un aumento de un 60% en sus ingresos ¿con qué servicios podrían alcanzar el objetivo? Para empresas en diversas industrias, desde salud hasta fintech, es estratégico velar por la calidad de sus activos digitales, cuidar la seguridad de los ecosistemas donde los usuarios realizan las interacciones y gestionar de manera inteligente volúmenes cada vez más grandes de datos. En ese contexto, nuestros servicios en este 2021 brindan soluciones a aquellas empresas que necesitan armar equipos ágiles que aportan la colaboración humana necesaria para que sus procesos de automatización e inteligencia artificial puedan ser optimizados.
- El equipo aumentó un 24% en pandemia, ¿Cómo se trabajó en la capacitación a distancia? ¿Encontraron obstáculos?
En marzo 2020, todos nuestros equipos migraron al trabajo remoto de forma inmediata, y sin representar ninguna caída en la calidad de nuestros servicios. Nuestro modelo operativo ágil contribuyó a que así fuera, y como todos, fuimos mejorando la calidad de nuestros encuentros virtuales, para que Arbusta pudiera seguir siendo el entorno de aprendizaje que es. Si bien tenemos como todas las empresas capacitaciones en diversos temas, que continuaron durante la pandemia, la esencia de Arbusta es que aprendemos trabajando, y por suerte, esa capacidad de trabajar codo a codo y aprender entre pares, se potenció. Creemos que a pesar de la distancia física, logramos seguir sosteniendo nuestra cultura y acompañar a las 73 personas que se sumaron en procesos de contratación e inducción totalmente remotos. Hoy somos más de 300, en cuatro ciudades, y la mayoría sigue trabajando desde sus casas, aunque las oficinas están abiertas con todos los protocolos para aquellas personas que necesitan ese espacio algunas veces por semana.
- ¿Cuáles fueron los servicios que más crecieron el año pasado?
El año pasado uno de los motores de nuestro crecimiento fue el servicio de Machine Learning Training. Los algoritmos de inteligencia artificial necesitan de la colaboración humana para ser refinados. En Arbusta tenemos la capacidad de armar equipos de manera rápida y escalable para medianas y grandes empresas que necesitan, entre otras cosas, incorporar la retroalimentación humana durante la instancia de entrenamiento (modelado y simulación) de los algoritmos. Esas actividades requieren determinadas habilidades que trabajamos en desarrollar en nuestros equipos, jóvenes centennials y millennials de América Latina que encuentran en Arbusta su primer empleo en tecnología.
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¿Cuáles son los países más innovadores del mundo? Statista recopila la información de la revista digital económica Bloomberg, que presentó recientemente su clasificación anual sobre las economías más innovadoras. En esta ocasión, la lista la encabeza Corea del Sur, tras adelantar a Alemania, número uno de la edición pasada y que este año ha descendido a la cuarta posición del ranking. Para elaborar el Índice de Innovación de Bloomberg se tuvieron en cuenta factores como la inversión en I+D, el número de patentes, la productividad y la alta tecnología, entre otros.
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Para agendar. Mayma y Banco Galicia relanzan “NÚM3ROS”, un curso específico de finanzas para emprendedores que tienen claro su impacto social y/o ambiental, y no tanto su impacto económico. Se trata de 8 encuentros en vivo, 12 videos formativos exclusivos y 2 sesiones de consultoría grupal a cargo de Juan Sicardi, Economista y Coach para Emprendedores, co-fundador de Mayma. Inscribite en este link antes del 10 de marzo.
Gracias por hacerme llegar sus experiencias para esta edición. Me encantó leerlas. La semana que viene seguiremos con el tema desde el lado de las empresas para ver cómo pueden mejorar. Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en otraeconomia@redaccion.com.ar
Hasta el martes,
Flor.
Con el apoyo de