9 versus 10: nueve son los meses que demoraron los milmillonarios en recuperar las fortunas que perdieron a raíz de la pandemia. Diez son los años que tardarán las poblaciones vulnerables en recuperar el nivel de ingresos que tenían previo al brote de COVID-19 si los gobiernos no llevan a cabo las políticas públicas adecuadas.
El resultado de esta combinación, podría dar lugar a un escenario nunca antes visto: que crezca la desigualdad al mismo tiempo en todo el mundo. Los datos surgen del último informe de la organización internacional Oxfam El virus de la desigualdad. Para torcer ese rumbo, hay una serie de iniciativas que muchos gobiernos están llevando a cabo y que merecen la atención.
Las prioridades de los gobiernos bajo la lupa
Los efectos de la pandemia a nivel económico son de los más graves de la historia, pero no todos los sufrieron por igual. Si lo miramos como una línea de tiempo desde febrero a noviembre, se podría decir que las mil personas más ricas del planeta primero tuvieron una pérdida considerable del 30% de sus riquezas, a partir de marzo empezaron un proceso de rebote y ya para noviembre recuperaron el total de las fortunas que tenían a principio de año.
Dicho de otra forma: su recuperación económica a causa del COVID tardó 9 meses. Y fue muchísima más rápida que, por ejemplo, la que tuvieron durante la crisis de 2008, cuando tardaron cinco años en recuperar su riqueza. Que en en 2020 haya sido tan rápido se explica, según Oxfam, en los apoyos que obtuvieron de los gobiernos.
Si se compara con lo que pasa con los sectores más vulnerables, surgen muchas interrogantes. Si bien las investigaciones preliminares varían mucho, se estima que, solo en 2020, entre 200 y 500 millones de personas pasaron a estar en situación de pobreza.
La pandemia dejó en evidencia que las disminuciones que tuvieron muchos países de la región en los últimos 15 años se hicieron sobre bases muy frágiles, ya que serían esas mismas personas las más afectadas por la pandemia y su recuperación les llevará mucho tiempo. De acuerdo a este estudio, tardarían unos diez años en volver a sus niveles previos.
Antes del #Covid19 3000 millones de personas carecían de acceso a atención médica. Esta #DesigualdadSocial se mantiene, ahora sin recursos ni apoyo ante la crisis económica y social por la pandemia, mientras el sistema económico beneficia a una pequeña élite. @Davos @AgenciaTelam pic.twitter.com/8diCKMAyFx
— Oxfam en español (@oxfam_es) January 27, 2021
¿Por qué tanta diferencia entre milmillonarios/as y los grupos más vulnerables? Asier Hernando, director regional de Oxfam para Latinoamérica y El Caribe, conversó con RED/ACCIÓN y cree que “cuando caés en la línea de la pobreza es muy difícil salir porque además de la falta de ingresos, en muchos casos las familias tienen deudas que nos los dejan salir y que, a diferencia de lo que le pasa a millonarios, donde se les condonan sus deudas, estas familias no tienen otra opción más que pagar”.
Para Oxfam, las prioridades de muchos gobiernos han sido particularmente erradas si se considera que muchas de las inyecciones de capital “se las han podido llevar los más ricos por ser considerados sectores estratégicos” sin tener un impacto real en los sectores vulnerables.
La desigualdad en los próximos años
Uno de los puntos más llamativos del informe es una encuesta que realizó Oxfam a casi 300 economistas de 79 países, quienes en su mayoría (el 87%) creen que la desigualdad de ingresos va a aumentar en sus países como consecuencia de la pandemia.
Para Hernando, que se profundice la desigualdad “significa que se le van a quitar oportunidades a muchísimas personas para que puedan tener una vida plena de derechos. Que muchos empresarios/as podrían aprovecharse de este contexto para reducir salarios o despedir personas que todavía son necesarias. Y en este contexto de pandemia, la desigualdad también puede significar la muerte por no acceder a un sistema de salud”.
Las mujeres también figuran como las afectadas. En términos laborales se estima que si no existieran las brechas de género, unas 112 millones dejarían de estar en riesgo de perder sus ingresos a causa del COVID.
En asistencia social para enfrentar la pandemia del #COVID19 los países más ricos invirtieron 695 USD por persona, mientras los más pobres sólo de 28 a 4 USD. #VirusdelaDesigualdad
— Oxfam en español (@oxfam_es) January 26, 2021
¿#QuéTalSi mejoramos la protección social en nuestros países?
??? https://t.co/m3JVUu8RDf pic.twitter.com/d0rZfbfmog
Modelos para una recuperación rápida e inclusiva
La ecuación puede cambiar según las políticas públicas que se prioricen. De hecho, el Banco Mundial considera que si los gobiernos adoptan políticas enfocadas a reducir la desigualdad de ingresos, la recuperación en lugar de darse en diez años, se podría dar en tres.
Para Oxfam, estamos ante una oportunidad histórica porque la pandemia dejó en evidencia la necesidad de aplicar correcciones más estructurales. “Creemos que uno de los aprendizajes que nos deja la pandemia es que debemos invertir un poco más en los sistemas públicos de salud y educativos y equilibrar los compromisos de los diferentes sectores de la sociedad con el fisco común, que está muy desequilibrado”.
Una de las prioridades de los gobiernos deberían ser, en primer lugar, generar más y mejor estadística para las poblaciones excluidas.
Para acortar la brecha de diez años, otra de las claves será ver qué países empiezan a priorizar algo más que el PBI: Islandia, por caso, ha reflejado en su presupuesto la necesidad de valorar un indicador que denominaron bienestar y que está a su vez compuesto por indicadores sociales y medioambientales.
Garantizar un sistema de salud público universal en detrimento de los sistemas de copagos, sobre todo para sectores vulnerables, es otra de las prioridades para Oxfam. Cita en ese sentido el caso de Costa Rica, país con uno de los niveles más altos de desarrollo en centroamérica y que logró ampliar en muy pocos años la cobertura de atención primaria universal de salud a casi toda su población.
La inversión en infraestructura es otra de las claves y Argentina en este sentido está muy rezagada. Invertir en agua potable, cloacas y vivienda tienen un efecto importantísimo en la salud y con la pandemia quedó en evidencia. El primer punto de partida para Argentina bien podría ser garantizar la cobertura de estos servicios para las más de 4 millones de personas que viven en villas y asentamientos del país.
En el plano fiscal e impositivo, algunas medidas que se destacan son aplicar impuestos progresivos y medidas para desincentivar la evasión fiscal. Consultado sobre este tema en particular, Asier Hernando considera que tanto la discusión que se ha dado en Argentina con el impuesto solidario, como la que se está llevando en Brasil a propósito de la renta universal son debates en la dirección correcta.
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