Mientras en los países desarrollados las transferencias directas en efectivo a los más pobres, el impuesto sobre la renta y los aportes a la seguridad social reducen la desigualdad de ingresos un 36%; en América Latina solo la reducen un 6%.
Es una de las conclusiones de un estudio de Oxfam (una confederación internacional de 17 organizaciones no gubernamentales que realizan labores humanitarias en 90 países) publicado la semana pasada en conjunto con CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) que busca generar conciencia sobre la eventual captura de las democracias por intereses privados.
El apoyo de los ciudadanos de la región al sistema democrático cayó al 48% y un 64% no está satisfecho de cómo la democracia está funcionando, el peor registro desde el 2001, de acuerdo a la última encuesta de Latinobarómetro, un prestigioso sondeo que desde hace 23 años registra las percepciones políticas de la población.
Y de acuerdo al estudio de Oxfam, el 75% de la población latinoamericana piensa que se gobierna para unos cuantos grupos poderosos y eso quiere decir que sienten que el sistema no los ayuda.
“La captura del Estado es el ejercicio de influencia abusiva por parte de élites económicas y políticas, para que las leyes y los gobiernos funcionen de acuerdo a sus intereses. Estas acciones profundizan la desigualdad y perjudican la democracia”, dice el documento.
El informe revela que en seis países de la región, la política fiscal, en la práctica, aumenta la pobreza. Eso quiere decir que después de que el Estado recauda impuestos y los gasta en políticas públicas, hay más personas en situación de pobreza que antes de que el Estado interveniera
Oxfam dice que un ejemplo claro que las políticas públicas en la región son deficientes para combatir la pobreza es que las desigualdades de ingresos que produce el mercado son similares en los países desarrollados y en América Latina. Pero después de aplicar instrumentos de política fiscal en los países desarrollados la desigualdad de ingreso se sitúa entre las más bajas del mundo mientras en la región nos dejan siendo la región más desigual del mundo:11 países de América Latina se encuentran entre los 20 más inequitativos del planeta.
El informe concluye que este desequilibrio “sólo es posible enfrentarlo asegurando una mayor participación social y política de la ciudadanía y una mejor representación de los intereses ciudadanos”.
Algunos datos:
- Con los impuestos que dejan de pagar las empresas cada año gracias a privilegios fiscales se podría construir 120.000 viviendas en República Dominicana y 70.000 en Paraguay.
- Contratar unos 94.000 docentes en Bolivia o 41.000 en El Salvador
- Contratar unos 93.000 médicos/as en Guatemala o 349.000 en Brasil
- Escolarizar de 8 a 10 veces los niños y niñas que no asisten a la escuela primaria en Perú u Honduras.
- Con los US$ 163 millones que Odebrecht confiesa haber ganado de manera ilícita, sólo en República Dominicana gracias a obornos, se podría construir 9.140 viviendas sociales o multiplicar por 8 la inversión en Seguro Nacional de Salud en tratamientos como el cáncer, garantizando el acceso a medicamentos en el país