¡Buenos días! Giorgia Meloni se convirtió en la primera mujer italiana que llega al cargo de premier. Con una agenda conservadora en lo social y liberal en lo económico, representa a un colectivo complejo que hasta ahora parecía desatendido. El interrogante: si el experimento italiano puede tener réplicas en otros países del mundo.
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Precursora. Con sus 45 años, y tras una juventud cercana al neofascismo, una Giorgia Meloni más moderada es la nueva primera ministra de Italia. Llega a la meta con el 26% de los votos y en un contexto de alta abstención. “¡Soy Giorgia, soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana: no me lo van a quitar!”, gritaba desde la tarima mientras sus seguidores la aclamaban, poco antes de la elección. A comprar pochoclos y acomodarse en el sofá: se viene algo interesante.
Aunque mujer, Meloni es antiaborto y contraria a la ideología de género, un compendio de inconveniencias que hace que el feminismo no pueda capitalizar este triunfo. Tampoco los nacionalistas extremos: si bien la nueva primera ministra reivindica la identidad italiana, no propone salirse de la Unión Europea ni dejar el euro. El conservadurismo cristiano se siente cómodo con ella, pero tampoco puede decir que sea del todo propia tropa: la primera ministra tiene una hija, Ginevra, pero no pasó nunca por el altar. Peccata minuta, en este contexto.
Aunque los analistas no tienen una explicación definitiva del fenómeno Meloni, algunas variables pueden explicar por qué los italianos la apoyaron más que a otros candidatos:
- Miedo. Un exministro británico decía que el tercer mayor problema de Europa era el Brexit; el segundo, los desafíos económicos de Grecia, Italia, España y Portugal; y el primero… “que por cada niño que nace en Europa, nacen seis en los países musulmanes del norte de África, y presionan nuestras fronteras, y no sabemos qué hacer con eso”. La afirmación hace juego con la que, según el Trust Barometer de Edelman, es la principal preocupación de la gente: “Perder mi trabajo”. Meloni entendió eso. Como antes Donald Trump y Jair Bolsonaro.
- Enojo. La pandemia de covid puso a prueba no solo la economía y los sistemas sanitarios de casi todos los países del mundo. También desafió la inteligencia emocional de sus líderes. El Gobierno de Giuseppe Conte promovió un encierro estricto y prolongado, desafiando la paciencia de los italianos. Meloni encontró ese punto débil y se paró en la vereda opuesta. Otra vez, pareció entender la sensibilidad de la época: el mismo Trust Barometer identifica a “perder mis derechos como ciudadano” como uno de los mayores miedos de la gente, en todo el mundo. Una de las razones por la que los liberales crecen en las encuestas.
- Identidad. Las feministas y la comunidad LGBTQ+, igual que otros grupos que conviven en las sociedades plurales, encuentran cierta satisfacción en su sentido de pertenencia a esos colectivos. Aggiornada, es la conciencia de clase de la que hablaba el viejo marxismo. La tribu de los que se sienten culturalmente cristianos y prefieren que haya restricciones a la inmigración musulmana buscaba quién los represente. Meloni levantó esas banderas, que son además sociológicamente compatibles con el conservadurismo en materia de familia y la economía de libre mercado. Bingo: la demanda se encontró con la oferta. El sueño del vendedor y del político.Con el triunfo ya en la cartera, Meloni declaró que el suyo era un gobierno de centro-derecha, y que gobernaría para todos. Nada de extremismos. El tiempo dirá si cumple. Mientras, los analistas políticos de otras latitudes intentan descifrar si la sensibilidad de los italianos es, de algún modo, universal. Como lo fue el Renacimiento.
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Sir Ken Robinson. Fue un escritor, conferencista y asesor sobre educación británico, experto en creatividad, innovación y calidad de la enseñanza. Murió en 2020.
¿Por qué creés que a todos nos interesa la educación de una manera u otra?
Tengo dos ideas que para mí son evidentes: la primera, que es extraordinaria la evidencia de la creatividad humana. Y la segunda, que no tenemos idea sobre qué sucederá en el futuro. Me interesa la educación, y creo que todos tenemos interés en la educación en realidad. Si estás en una cena y decís que trabajas en educación, inmediatamente la gente se siente interpelada, como sucede con otros temas: la religión o el dinero. Creo que una razón por la que nos interesa la educación es que es lo que nos va a llevar al futuro, a ese futuro que no podemos atrapar. Si pensamos que los chicos que empezaron su escuela en 2007 se van a retirar en 2065, es impresionante: no sabemos cómo será el mundo en cinco años, pero igual los educamos para el futuro. La impredecibilidad es extraordinaria. Y hay una tercera idea: que todos estamos de acuerdo en las grandes capacidades que tienen los chicos en términos de innovación. Mi tesis es que hoy la creatividad es tan importante como la educación y la cultura, y que deberíamos tratarlas dándoles el mismo status.
¿Qué relación hay entre la aceptación de los errores y la creatividad?
Me gusta contar una historia de una chica de seis años que estaba en clase de dibujo, sentada en el último banco, dibujando. Tenía serios problemas para prestar atención en otras clases, pero en la de dibujo se concentraba mucho. La maestra estaba impresionada con eso y se acercó a preguntarle qué estaba dibujando. Ella contestó: “Estoy dibujando a Dios”. La maestra le dijo: “Pero nadie sabe cómo es Dios”. Su respuesta fue: “Lo sabrán en un minuto”. Los chicos no tienen miedo a equivocarse. No digo que equivocarse y ser creativos sea lo mismo, pero lo que sí sabemos es que si no estamos preparados para equivocarnos, nunca propondremos nada original. Cuando un chico se hace adulto, en muchos casos pierde esa capacidad. Es lo que pasa en el mundo de las empresas también: estigmatizamos los errores. Y ahora tenemos sistemas de educación en los que los errores son lo peor que podemos hacer. El resultado es que estamos educando gente sin capacidades creativas.
¿Para qué sirve la educación moderna?
Picasso dijo alguna vez que todos los chicos nacen artistas. El desafío es seguir siendo artistas a medida que crecemos. Yo creo de verdad que no crecemos en creatividad, sino que nos salimos de ella. En todos los países del mundo hay una especie de jerarquía en las materias del colegio: primero están matemática y lengua y luego vienen las humanidades, y debajo de todo, el arte. Y también hay una jerarquía entre las artes en los colegios: las plásticas y música en general son más importantes que el teatro y la danza. Si uno juzga los sistemas de educación de todo el mundo por sus resultados, diríamos que su objetivo es producir profesores universitarios. La razón es que se pensaron en el siglo XIX, para cubrir las necesidades del industrialismo, con dos ideas: hay que estudiar más lo que es más útil para trabajar, y ser académicamente exitoso es sinónimo de ser inteligente. Tenemos que desafiar esas ideas. La tecnología y el crecimiento demográfico transformaron el mundo y hoy un título no significa nada.
Las tres preguntas a Sir Ken Robinson se tomaron de la presentación “Do schools kill creativity?” (“¿Las escuelas matan la creatividad?”), dada originalmente en el contexto de TED. Para acceder a la charla completa podés hacer click acá.
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PR digital. Ragan y PR Daily’s hicieron su Social Media Conference. Sus conclusiones más relevantes valen la pena: 1) Empezar con un diagnóstico claro de las propias redes; 2) Evaluar cuál es la estrategia digital adecuada para la organización sin basarse en tendencias; 3) Complementar las estrategias orgánicas con las pagas; 4) Dar libertad creativa dentro de los límites que imponen los formatos; 5) Posibilitar que los empleados sean los primeros embajadores de las marcas; 6) Darles un tratamiento adecuado a los influencers, pagando lo que sea necesario… Y siguen los puntos, hasta 13. Un buen mix de lo obvio y lo no tanto.
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Academia. El interés de la gente común por la economía de un país o una región no se basa en la mera curiosidad intelectual: la administración de los bienes y servicios escasos impacta en la vida diaria de las personas y sus familias. Por eso la prensa económica cumple una función social determinante: la de ayudar a entender lo que pasa (y lo que podría pasar) en la micro y la macro, y dar elementos para la toma de decisiones. Este libro de Arrese y Vara-Miguel ofrece una excelente selección de ensayos sobre el periodismo económico desde una perspectiva múltiple que incluye la historia, la ética y los efectos en la opinión pública, entre otras.
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Oportunidades laborales
- Continúa abierta la búsqueda de MonetizeMore de Marketing Director.
- Accenture mantiene activa su búsqueda de Digital Marketing & Communications Manager.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a comms@redaccion.com.ar
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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