En el Día Mundial de los Humedales recordamos sus características destacadas, las amenazas que los ponen en peligro y las acciones que se deben iniciar en pos de su conservación y restauración.
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02. 02. 2022 | Día Mundial de los Humedales. Suelo dedicar pocas ediciones de PLANETA a fechas ambientales porque si tuviera que ser justa con todas ellas, solo me dedicaría a ello. Es decir, considerando las numerosas fechas ambientales que hay, la newsletter solo sería hablar del Día de... Así que destino el análisis a aquellos días que considero más destacados, como el de la Tierra y el del Ambiente. Pero, con el día de hoy me pasó algo especial.
Más allá de la coincidencia del Día Mundial de los Humedales del 2022 es miércoles -día en que ustedes reciben esta newsletter-, lo cierto es que creo que a los humedales los conocemos poco, o no lo suficiente, Su importancia en ese tema trasversal a PLANETA: la acción ante el cambio climático. Y, como les resultaría obvio, los tomadores de decisión están haciendo poco, o casi nada, para su conservación y restauración.
Así que aquí estamos con los humedales como tema central -con su día como excusa perfecta- para informar, concientizar y promover (o llamar) a la acción.
Además de ese interés personal especial que me pasó con esta fecha, su celebración este 2022 tiene un condimento adicional. Es, por primera vez, acompañada oficialmente desde Naciones Unidas. Algo que, por la relevancia y el alcance de la organización internacional, contribuye en su propósito: el de concientizar sobre los humedales. Y en su lema de este año: #ActuarEnFavorDeLosHumedales
Antes de profundizar en el vínculo de los humedales con el cambio climático, hagamos una descripción básica.
- ¿Qué son los humedales? Son ecosistemas súper ricos en cualquier aspecto en que se los analice. Tienen al agua como elemento común protagónico. Son áreas en condiciones de inundación o áreas que tienen agua en ciertos períodos de tiempo. Incluyen desde los pantanos a los arrecifes de coral, de los estuarios a los manglares, de estanques a deltas. Conforme los datos de Naciones Unidas, cubren un 6% de la superficie de la Tierra, pero eso no los hace -o no debiera- hacerlos menores en importancia. Muy por el contrario: el 40% de las especies de plantas y animales viven o se reproducen en humedales. Dije el 40% de las especies, no el 40% de las plantas y animales. Dimensionen esa magnitud.
Eso no es todo, los humedales son fundamentales para actividades sociales y económicas en sus comunidades aledañas y más allá de ellas. Se estima que una de cada 8 personas en el mundo dependen de los humedales para su subsistencia. Los humedales abastecen de agua, proveen alimentos, generan atractivo en las actividades turísticas.
¡Qué hermoso todo! Imaginan que entonces los estamos cuidando como oro, ¿no? Bueno, ya sé, imaginan lo contrario y están en lo cierto, lamentablemente. Los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques. Deténganse en esta cifra: alrededor del 85% de los humedales que estaban presentes en 1700 se perdieron en 2000. Se drenaron para dar paso a la agricultura, a la construcción, a otros usos en teoría "productivos". Y esto nos lleva al siguiente punto.
- ¿Qué amenazas los están poniendo en peligro? Spoiler: todas humanas. El avance de la frontera agropecuaria y de los desarrollos inmobiliarios son las dos principales actividades (humanas) que amenazan a estos preciados ecosistemas. Ello muchas veces se hace a través de prácticas indirectas como los incendios que se provocan intencionalmente para luego poder aprovechar esas áreas para ganadería o nuevos emprendimientos inmobiliarios. Naciones Unidas describe otras de las actividades (humanas) que los amenazan: la contaminación, la sobrepesca y la sobreexplotación de los recursos. La inserción de especies exóticas en estos ecosistemas también produce una alteración en su equilibrio. Y el cambio climático obvio que se hace sentir sobre los humedales.
Deteriorar, degradar, destruir humedales tiene un consecuente impacto en todo. Incluyendo el cambio climático. Incluyendo, claro, en nosotros. Veamos por qué.
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Humedales: aliados en la acción climática que desconocemos. Son tan fantásticos los humedales como ecosistemas que nos ayudan en los dos ejes que hacen a la acción climática: la mitigación y la adaptación. Pero si nos los cuidamos, ello se nos vuelve en contra y terminan contribuyendo al problema. Profundicemos.
- Humedales como aliados en la mitigación. Al igual que los bosques, los humedales almacenan dióxido de carbono (CO2), recordemos: el principal gas de efecto invernadero (GEI) contribuyente al cambio climático. Incluso, a diferencia de los bosques, algunos humedales tienen mayor capacidad de almacenamiento que los bosques, como las turberas que almacenan el doble de CO2 que los bosques de todo el mundo.
Ahora bien, si quemamos un humedal, ese CO2 que estaba capturado se emite a la atmósfera y de ahí en adelante ya conocen la fórmula: más emisiones, mayor temperatura, cambio en el sistema climático. Cuidar a los humedales es actuar ante el cambio climático. Y también desde otro aspecto o, más bien, por otro GEI.
Como vimos al analizar los resultados del reporte del IPCC sobre las bases físicas del cambio climático, es fundamental que en el aspecto de mitigación se trabaje en la reducción de emisiones no sólo de CO2, sino también de otros gases, como el metano. Conforme el informe Methane Tracker 2021 presentado en enero de este año por la Agencia Internacional de Energía (IEA), los humedales son la principal fuente de emisiones de este gas, con una particularidad: los humedales son una fuente natural de metano. Esto se explica por las condiciones anaeróbicas de estos ecosistemas inundados que conducen a la producción de metano.
Todas las otras fuentes de emisiones de metano son humanas. Y sobre este 60% debieran centrarse los esfuerzos de reducción, mientras se conservan los humedales. Vaya coincidencia, entre esas fuentes de actividades humanas se encuentran la agricultura y la ganadería que, bajo sus modelos intensivos, se intentan imponer sobre los humedales.
Pero no solo en la mitigación los humedales nos ayudan. También tienen otra bondad.
- Humedales como aliados en la adaptación. Los humedales absorben exceso de agua. Básicamente son como una esponja. Si los destruimos, ese efecto desaparece y ese agua que ya no se absorbe, se acumula, se eleva, continúa paso con fuerza por donde sea. Es decir, con su efecto esponja los humedales contribuyen en la reducción del riesgo de desastres. Ante precipitaciones cada más intensas por el cambio climático, se tornan fundamentales en la prevención de inundaciones. Son las personas y sus medios de subsistencia los que, de lo contrario, se verán afectados.
Otro aspecto de reducción del riesgo de desastres es la capacidad de amortiguación de los humedales costeros que reducen la intensidad de olas y tsunamis en su impacto. Así, protegen indirectamente a las poblaciones que allí habitan.
Ello no es todo. Por su almacenamiento de agua, los humedales retrasan la aparición de sequías y reducen al mínimo la escasez de agua.
Proteger los humedales es actuar ante el cambio climático.
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#ActuarEnFavorDeLosHumedales. Éste es el lema de la fecha propuesto para incentivar y promover la acción en pos de los humedales. ¿A qué acción precisamente nos referimos? Bueno, incluye dos medidas claras: restaurar los humedales dañados y garantizar la conservación de los humedales en general.
La acción en pos de los humedales no significa ir en contra de actividades productivas. Por el contrario, implica también definir manejos con la sustentabilidad como eje y el cuidado de los humedales como prioridad.
Desde la Convención RAMSAR sobre los humedales, enumeran tres medidas a favor de los humedales: valorar el humedal como punto crítico de biodiversidad, sumidero de carbono y medio de subsistencia; no seguir drenando los humedales sino utilizarlos de forma racional; y rehumidificar, reforestar y restaurar humedales.
En Argentina, la principal acción en la que se venía trabajando y que ha sido más reclamada por la sociedad civil ha sido avanzar en la sanción de una Ley de Humedales que, a partir de un inventario que clasifique las características y condiciones de cada humedal en territorio argentino, garantice la protección de los humedales definiendo qué tipo de actividades productivas se pueden realizar y como. Como nos decía la especialista en biodiversidad Ana Di Pancracio: "Esta no es una ley que se opone a la producción —como ya ha alertado el sector productivo— sino que invita a pensar la producción de otra forma: en línea con sostener la integridad ecológica de los humedales, la protección ambiental, la conservación y el uso sostenible".
¿Habemus Ley? No. Por el contrario, el único proyecto que había logrado avanzar en Diputados en una puesta en común acaba de perder estadio parlamentario. Así, es la tercera vez que un proyecto de ley de humedales pierde estado parlamentario en Argentina. ¿Por qué es tan difícil que se logre? Vuelvan arriba en su computadora o celular, a la parte en que mencioné las actividades que amenazan los humedales. Allí encontrarán la respuesta con aquellos sectores que presionan para no contar con una normativa y, claro, con legisladores que le siguen en juego.
Veamos algunos puntos destacados a partir de esto.
- ¿Es el fin de la ley de humedales? No. Lamentablemente no se aprovechó todo el trabajo que se había realizado para llegar a un documento común. Ni siquiera lo aprovechó el presidente Alberto Fernández al no incluir el proyecto en el listado de temas a tratar en sesiones extraordinarias. Ahora bien, ya son varios los legisladores que confirman que el 1ro de marzo, cuando inicie el nuevo año legislativo, volverán a presentar proyectos de Ley de Humedales y ahí iniciaríamos todo el proceso de nuevo.
La última noticia, mientras terminaba de pulir esta edición, es que el Ministerio de Ambiente habló de una Ley de Humedales. Más precisamente, el ministro Juan Cabandié anunció que "hoy en el Día Mundial de los Humedales, inician un proceso de trabajo conjunto con los distintos sectores, para tener una ley de humedales con mirada federal". Dos consideraciones al respecto: una lástima que desde la cartera no se haya apoyado el proceso que ya se había iniciado y tendremos que analizar bien qué significa este nuevo proceso y hacia dónde quieren ir con él. ¿Una ley más justa y ambiciosa que priorice la protección de los humedales? ¿O una ley menos compleja que priorice los intereses de ciertos sectores?
Por último y no menos importante, la sanción de una ley no es la solución absoluta a las amenazas que ponen en peligro a los humedales. Su correcta implementación será el mayor desafío para garantizar el fin último, siempre y cuando el fin último sea la conservación de los humedales.
- Mientras tanto, ¿qué pasa con el inventario de humedales? Si uno observa el sitio del Ministerio, se dice que está liderando un proceso de realización del inventario "como una herramienta informativa para el ordenamiento ambiental del territorio y la gestión de estos ecosistemas". Bueno, quise entonces saber cómo viene ese proceso, a ver tenemos algún avance positivo en pos de los humedales.
Gabriela González Trilla, directora nacional de Gestión Ambiental del Agua y los Ecosistemas Acuáticos del ministerio, me respondió: "El Ministerio está trabajando fuertemente en el inventario. Durante el 2021 se creó el Programa de Humedales que contempla una serie de acciones tendientes a la conservación de estos ecosistemas, entre las cuales se encuentra el inventario. En este ámbito, la cartera avanzó en la firma de convenios con las provincias de Tierra del Fuego, Santa Fe, Río Negro y Chaco que tomaron la decisión de avanzar en sus inventarios provinciales con el acompañamiento del Ministerio y sus lineamientos, en el marco del inventario nacional. Además, la provincia de Mendoza también cuenta con un convenio similar. Por otra parte, la cartera también rubricó otro convenio con Acumar, con el objetivo de realizar un inventario a nivel de la Cuenca Matanza-Riachuelo".
Veremos si conocemos algunos avances de este proceso y estos convenios pronto.
Para cerrar -sólo por hoy- este tema tan fundamental, recuerden que hablar sobre los humedales, difundir sobre su importancia, reclamar políticas en pos de su protección no se debe limitar a un hashtag ni a una fecha. Es una tarea que nos necesita comprometidos los 365 días del año.
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Incendios: ¿cómo cerró el primer mes del 2022? Mencionábamos a los incendios como una de las amenazas más latentes para los humedales. Las islas del Delta del Paraná son el más claro ejemplo de ello. Luego de un 2020 récord y un 2021 que continuó siendo preocupante en materia de incendios en Argentina, ¿cómo empezamos este 2022? Veamos las respuestas que nos dan los datos.
Conforme el reporte de hoy del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SMNF), del 1ro al 27 de enero fueron 162.425,3 hectáreas las afectadas por incendios en el territorio argentino. Con las provincias de Córdoba, La Pampa y San Luis liderando la mayor afectación. ¿El mes entonces fue mejor o peor que los anteriores? Vale aclarar que el reporte aún no se extiende al total del mes (es decir, hasta la superficie afectada al 31 de enero). Pero si comparamos el mismo período (1ro al 27 de enero), el 2021 estuvo muy por encima de esta cifra. El año pasado fueron 25.743,98 las hectáreas afectadas por incendios.
¿Y el 2020 récord? No sabemos, porque no está disponible en los registros del ministro de Seguridad (del que dependía el SMNF en ese momento), al menos no públicamente. Y al pedirlo, no tuve más respuesta que "buscar en la web", donde no figura ??♀️ Una de las críticas que se le hacen a este registro es que la información sobre hectáreas afectadas procede, entre otras fuentes, de las provincias y pareciera ser que las mismas -o al menos, algunas de ellas- no estarían dando la información completa.
Analicemos ahora el 2021 según la variable de focos activos de incendio que se detectan por satélite. El registro del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (INPE) sí nos ofrece una mirada completa del mes porque la información está actualizada hasta el 1ro de febrero. Y esa mirada nos da una conclusión: enero de 2022 fue el mes de enero con más focos activos de incendio desde los registros iniciados en 2001. El primer mes de este año concluyó con 7199 focos activos, superando ampliamente los 695 del 2021, los 825 del 2020 y el máximo anterior de 2002 con 4624.
Recordemos que detrás de estas cifras hay ecosistemas dañados, bosques destruidos, pérdidas económicas, familias afectadas, animales y personas que perdieron la vida. El gran desafío para este 2022 es que las políticas nacionales y las provinciales logren estar más enfocadas en las acciones de prevención de incendios y no en la tardía respuesta cuando las llamas ya se tornan incontrolables. Como expresó la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), "es esencial que se pase de un accionar emergentista a una gestión preventiva e integral del fuego".
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¿Cuál es el impacto del cambio climático en Argentina? Este interrogante ya da algo por hecho: el cambio climático impacta en Argentina, como así lo hace en cualquier rincón del planeta. Pero, ¿conocemos realmente cuál es ese impacto? ¿Qué nos dicen las proyecciones para escenarios futuros? La diversidad de ecorregiones del extenso territorio del país sudamericano se traslada a una diversidad de impactos que inciden en lo ambiental, lo social y lo económico. Conocerlos es fundamental para actuar, especialmente en lo que hace a la adaptación de esos impactos ya presentes. Sobre esto me propuse indagar en la nota de esta semana para RED/ACCIÓN.
En el detrás de la nota: hubo tres cosas que me quedaron al investigar para esta nota. En primer lugar, que hay escasa información científica sobre el impacto del cambio climático en Argentina. Hay, claro, pero creo que todos terminamos recurriendo siempre a la misma. En segundo lugar, no hay información actualizada. Desde lo que corresponde al gobierno nacional -y como cuento en la nota- en 2019 se tendría que haber presentado la Cuarta Comunicación Nacional y... aquí aún estamos sin novedades. En tercer lugar, hace falta mucho aún de información sobre el impacto socioeconómico de esos otros impactos. Los podemos suponer, prever o analizar en función de lo ya presente.
Todo esto me dejó una sensación cuando cerré la nota de que será un artículo que, definitivamente y espero, modifique a medida que contemos con más, actualizada y profunda información científica.
Mi próxima nota en RED/ACCIÓN: ¡Es sobre energía! La acción ante el cambio climático demanda una ambiciosa y pronta transición energética. ¿Qué pasa en Argentina? ¿Cómo es la matriz energética? ¿Qué oportunidades y desafíos supone cada fuente? Si tienen algunos otros interrogantes sobre el tema para que profundice en el artículo o alguna recomendación de fuente a entrevistar, me pueden escribir a planeta@redaccion.com.ar
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Recomendación para ver. Este lunes se cumplieron cinco años del fallecimiento de Rob Stewart. Biólogo, activista, realizador cinematográfico, fotógrafo, amante de los tiburones. Dedicó su vida a concientizar sobre las amenazas que ponen en peligro la existencia de esos animales fundamentales para el equilibrio de la naturaleza y que, en parte, Hollywood demonizó. ¿Son los tiburones más peligrosos para nosotros, humanos, que nosotros, humanos, para ellos?
Vi y me apasioné con varios documentales de Rob. Revolution y los pasillos de las COP, Sharkwater y esa belleza única de los tiburones. Pero Sharkwater Extinction fue especial. Durante el rodaje de este documental Rob falleció. Tras mucho pensar, la pieza audiovisual fue concluida por sus amigos. Desde aquel momento, la misión de Rob continúa y, por ejemplo, varios países han avanzado en prohibir el comercio de aleta de tiburón. Creo que la mejor manera de mantener vivo el espíritu de Rob y todo por lo cual luchaba es ver su documental y difundir su mensaje.
¿Estamos en Argentina tan alejados de los tiburones y de las amenazas a las que están expuestos o a las que los exponemos? Por supuesto que no. Conforme la Fundación Vida Silvestre, en el mar argentino existen 12 especies de grandes tiburones y su tasa de reproductividad es baja, por lo que lejos de contribuir a su amenaza, debiéramos contribuir a su conservación. Pero... la semana pasada se dio a conocer la pesca de un ejemplar de Tiburón Gatopardo en Santa Cruz que expuso la falta de legislaciones (y sus correctas implementaciones) que existen aún en el país para prohibir la pesca de tiburones en pesca recreativa o, incluso, artesanal.
Con todo esto en mente, creo que hay motivos suficientes para informarse e inspirarse con Sharkwater Extinction que está disponible en Prime Amazon. Pueden conocer más sobre los proyectos de Rob aquí.
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Me despido con una postal de lo que está siendo mi desconexión mental estos días para luego reconectar con la información climática: andar en bicicleta rumbo al parque y disfrutar del contacto con un espacio verde (obvio todo con Yiyo como compañero).
Nos reencontramos el próximo miércoles, en la previa a mi cumpleaños ?
¡Un saludo!
Tais