El hospital Juan P. Garrahan ha decidido hacer una nueva apuesta por lo que considera un pilar en la salud pública: la vacunación. Y para ello desde mañana pone en funcionamiento un vacunatorio de 256 metros cuadrados.
Durante una recorrida por las flamantes instalaciones, el presidente del hospital, Carlos Kambourián, refleja la importancia de la vacunación en una frase: “los pediatras conocemos primero de vacunas y después de anatomía”. Y refuerza: “La vacunación es la política de salud pública más importante con la que cuenta la sociedad. Un niño que tiene el calendario de vacunación al día es un niño protegido. Una sociedad inmunizada es una sociedad con mejor calidad de vida y más sana”.
La inauguración del nuevo espacio está en sintonía con la aprobación de una nueva ley de vacunas por el Congreso de la Nación. La normativa, que actualiza la ley 22.909, vigente desde 1983, mantiene la gratuidad y obligatoriedad de las vacunas, y declara a la vacunación de interés nacional, con equidad para todas las etapas de la vida. Según el texto, el Estado Nacional es responsable de proveer a las distintas jurisdicciones los insumos necesarios para cumplir con la inmunización de toda la población.
Uno de los aspectos que incluye la nueva norma, que aún debe ser reglamentada por el Poder Ejecutivo, es la obligación por parte de diferentes organismos de requerir el carnet de vacunación para tramitar por ejemplo la renovación del documento nacional de identidad, la licencia de conducir, o el pasaporte, así como también para cumplir con controles médicos laborales. La documentación también debe ser solicitada para el ingreso y el egreso escolar y la tramitación de asignaciones familiares. El objetivo no es impedir el trámite, sino que la persona conozca cuáles son las vacunas disponibles para las distintas etapas de la vida.
Por año, el Hospital de Pediatría Garrahan aplica más de 52.000 dosis, y con el nuevo vacunatorio se prevé que el número se incrementará en, al menos, un tercio. El espacio posee una sala de espera, zona de recepción con personal administrativo, 2 baños, 6 boxes para vacunar equipados con instalaciones necesarias y espacio para cambiadores. Se trabajó especialmente en un área para personal y almacenamiento de vacunas, con un depósito para material, una sala de frío con red eléctrica segura y depósito para residuos con salida al exterior.
También se renovó el equipo de vacunación itinerante diario, que es un grupo de profesionales que recorre el Hospital para vacunar a los niños y niñas internados.
El Kambourian reconoce que hace muchos años que el Garrahan se debía esta obra. “Sabemos de la importancia de la vacunación y del rol que tienen en la prevención de las enfermedades. El único objetivo es que los niños y niñas se enfermen menos”.
“Nunca es grato venir a un hospital, pero la idea es que cuando las familias vengan los chicos encuentren un lugar agradable para pasar el rato. Por eso hay un espacio de juegos dentro del edificio del vacunatorio y un espacio verde justo al lado, situado en una de las esquinas del hospital, ubicado en Brasil en el barrio porteño de Parque Patricios, con entrada independiente sin tener que pasar por ninguna otra sección donde haya pacientes inmunodeprimidos. Los integrantes del vacunatorio están muy entusiasmados, porque antes estaba en medio de la sala de espera principal del hospital y eso no era práctico, con un espacio muy reducido”, contó el director.
Por otra parte, el médico sostuvo que “los grupos antivacunas en la Argentina son pocos, por suerte. Nosotros respetamos todo tipo de opiniones, pero cuando está en juego la vida de las personas, no”.
Parado en el centro de la espaciosa y vidriada recepción del vacunatorio, el presidente de la Fundación Garrahan, el pediatra Jorge Menehem, asegura “que es importante mostrar esta obra, ya que ha sido posible gracias a fondos genuinos del hospital y de la Fundación. La gente que colabora con sus aportes puede ver y palpar qué se hacen con esos fondos”.
Menehem, además, señala que puede parecer contradictorio que un hospital de alta complejidad tenga un vacunatorio, “pero se trata de un sector imprescindible”.
La responsable del vacunatorio, Adriana Parra, recorre con la mirada cada rincón de las instalaciones y remarca: “Tiene una entrada independiente, desde donde se puede acceder sin pasar por el resto de las áreas. Eso es una ventaja para quienes quieren vacunar a sus hijos, que no son pacientes del hospital”.
Parra amplía que el equipo de vacunación itinerante continuará recorriendo las salas de internación con todas las vacunas del calendario y aplicará las dosis a demanda.
La vacunación es un acto de prevención solidario o, como lo nombran los médicos, de efecto rebaño, ya que otorga inmunización a la comunidad. Al nuevo vacunatorio del Garrahan se podrá ir sin turno para aplicarse las vacunas gratuitas y obligatorias que conforman el calendario nacional, “el más amplio de América Latina”, según el presidente de la Fundación Garrahan, Jorge Menehem.