En diciembre de 2017 una nota que afirmaba que el chocolate dejaría de existir en 40 años se viralizó. Aunque la noticia era falsa y su desmentida científica pasó inadvertida, puso en agenda el reto de la sustentabilidad de la industria.
“El chocolate achica la ropa”
Nos encantaría que esa afirmación fuera cierta, pero es falsa. Casi tan falsa como este titular que fue replicado en cientos de tapas por decenas de medios alrededor del mundo a principios de año: “El chocolate está en camino a extinguirse en 40 años”.
El 31 de diciembre de 2017, Business Insider (BI), el influyente medio financiero digital por el cual la alemana Axel Springer pagó US$ 442 millones en 2015, publicó una nota con ese titular. Declaraba que el chocolate estaría en vías de extinción por los efectos del cambio climático.
El reportaje se basó en un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés). Pero el problema es que el informe no decía eso.
El chocolate no está en vías de extinción. La nota periodística exageró la amenaza del cambio climático y lo vendió con un titular sensacionalista. ¿La razón? Genera más clics.
Lo que decía el informe original de NOAA es que si no se desarrollan técnicas de cultivo alternativas, en 40 años el área de cultivo de chocolate se verá reducido en las dos principales regiones donde se produce actualmente. Es más, los autores del estudio citados en el reportaje de BI dicen que 40 años es tiempo suficiente para que la industria del chocolate se adapte a los desafíos climáticos.
Pero el desmentido científico de la nota pasó inadvertido. La historia se viralizó y fue replicada por decenas de medios alrededor del mundo, entre ellos TN acá en Argentina. Ni hablar del festín que se dieron los tabloides británicos.
Hasta ahora Business Insider no ha publicado una rectificación.
Esta no era la primera vez que se reportaba esta noticia falsa sobre el chocolate. Hace tres años una historia similar salió publicada en el Washington Post.
No deberíamos asombrarnos. Estamos en la era de la posverdad y de la tontera. Todo por un clic.
Un editorial de hace unos meses de El País de España lo pone más claro: “Cada vez con más frecuencia pensamos con una trama de datos e ideas facilitados por las redes. Creemos cualquier cosa que se presente con cierta contundencia; somos la población más informada de la historia, pero también la más vulnerable.”
No es casualidad que la noticia de la inminente extinción del chocolate se viralizó en momentos en que la industria de medios está sumergida en una profunda crisis.
Antonio Cramsci, filósofo italiano, definía una crisis como el proceso histórico donde “lo nuevo no acaba de nacer, y lo viejo no termina de morir”.
El modelo de negocios editorial basado en publicidad está en coma y el que lo reemplazará aún está en pañales.
Impacto colateral
El hecho de que la nota de BI se convirtiera en un hit tuvo efectos colaterales positivos: puso en la agenda el reto de la sostenibilidad de la industria del chocolate.
Mars, el gigante chocolatero que produce M&M y la popular barra “Snickers”, está invirtiendo cifras importantes para promover la sustentabilidad de la industria chocolatera y ayudar a las familias que dependen de su cultivo.
Pero parece que sus ejecutivos se tragaron el cuento de la nota de Business Insider.
Afirman que “las plantas de cacao podrían comenzar a desaparecer en 2050 debido a temperaturas más altas y condiciones climáticas más secas”. Y es por eso que se han asociado con científicos de la Universidad de California para tratar de salvar el cultivo “antes que sea demasiado tarde”. En sus declaraciones, citan al estudio de NOAA en el que se basó el artículo original de Business Insider.
Boom de consumo
Un problema más real que la amenaza de extinción es el creciente consumo de chocolate. La industria dice que para 2030 podría existir un déficit de cerca de 2 millones de toneladas métricas.
La industria está valorada en casi US$ 100 mil millones al año.
Jeff King, director de Sostenibilidad, Responsabilidad Social Corporativa e Innovación Social de la chocolatera Hershey, es enfático en que es urgente ayudar a producir cosechas de cacao más sustentable.
“La escala del desafío que enfrentamos es significativa. Para satisfacer la demanda anual de 7,2 millones de toneladas de chocolate, las multinacionales como Hershey’s dependen de millones de agricultores del cacao, en que cada uno cultiva un pequeñísimo terreno que suele ser de 1 a 2 hectáreas. Nuestras complejas cadenas de suministro llegan a algunos de los rincones más remotos del mundo. Para mantener el flujo de chocolates, necesitamos nuevos enfoques para ayudar a esos agricultores a cultivar el cacao de manera sostenible”.
Apenas dos países (Costa de Marfil y Ghana) producen la abrumadora mayoría del chocolate que comen los estadounidenses. Pero en esa región los árboles de cacao están envejeciendo y volviéndose menos productivos.
Los argentinos aman su chocolate
Argentina es el principal consumidor de chocolate de América Latina, de acuerdo a la Subsecretaría de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria.
En promedio, cada argentino come tres kilos de chocolate por año. En total se venden más de 43 mil toneladas al año y el 50% se hace en los kioscos.
Aunque estamos lejos de Europa, donde el consumo promedio es tres veces más que en Argentina. Suiza lidera la tabla con 11 kilos al año.