Tormentas, sequías y calor extremos: ¿quién piensa en las personas con discapacidad cuando se idea una adaptación al cambio climático?- RED/ACCIÓN

Tormentas, sequías y calor extremos: ¿quién piensa en las personas con discapacidad cuando se idea una adaptación al cambio climático?

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Suelen tener más dificultades para acceder a los centros de asistencia y a los planes de ayuda en casos de emergencias. Además, es un colectivo que históricamente tiene menos oportunidades de empleo y más carencias socioeconómicas. Cómo pueden los gobiernos (y las personas) hacerlas parte de la lucha contra el gran desafío del siglo.

Personas con discapacidad ilustradas en el centro de un planeta con árboles y molinos de fondo.

Ilustración: Julieta de la Cal.

En junio de este año una histórica ola de calor azotó Canadá. Una mujer de 88 años, usuaria de silla de ruedas, sufrió los efectos de las temperaturas extremas (que rozaron los 50 grados en algunas localidades) y murió antes de que los servicios de emergencia lograran socorrerla.

En el mismo contexto, una mujer con discapacidad de 38 años de la ciudad de Vancouver (Canadá) contó que por la ola de calor pasó varios días en los que por momentos estuvo inconsciente. “No recuerdo que hice, solo estaba tirada en el piso, sin poder levantarme”, dijo.

Los ejemplos no son casos aislados. Lo dice sin rodeos un estudio del Consejo de Derechos Humanos de la ONU publicado el año pasado: “Puede que las personas con discapacidad —de las que se estima que hay 1.000 millones en todo el mundo— experimenten los efectos del cambio climático de una manera diferente y más intensa que las demás”.

El informe señala, por ejemplo, que en relación a los distintos efectos del cambio climático las personas con discapacidad “registran tasas de morbilidad y mortalidad desproporcionadamente mayores, y figuran entre quienes menos acceso tienen al apoyo de emergencia”.

En días de COP26 y con una enorme pila de estudios científicos sobre el tema, no quedan dudas del daño que la crisis climática causa al planeta. Y las personas con discapacidad están entre las más afectadas.

Se trata de un colectivo heterogéneo. Y así como el cambio climático tiene distintos efectos, estos pueden afectar a las personas con discapacidad de diferentes maneras. “Por ejemplo, alguien con una discapacidad motriz puede tener dificultades de accesibilidad ante una evacuación en tormentas, mientras que alguien con condiciones crónicas de salud puede experimentar incluso un paro cardíaco en olas de calor”, ilustra el sitio New Earth Disability (“Discapacidad de la Nueva Tierra”, traducido del inglés) una iniciativa global que promueve la inclusión de personas con discapacidad en el diseño de estrategias de acción climática.

Se trata de un objetivo necesario en busca de una mayor eficiencia y de respetar los derechos humanos de un amplio grupo de personas, coinciden especialistas. A propósito, en la COP26 se realizó el viernes 5/11 un panel titulado “Disability-Inclusive Climate Action: Challenges, Opportunities & Pathways” (Acción climática inclusiva con la discapacidad: desafíos, oportunidades y caminos).

Situaciones de vulnerabilidad ante el cambio climático

“Los efectos del cambio climático tienen un impacto desproporcionado en las vidas y el bienestar de las personas con discapacidad a raíz de entornos y políticas discapacitantes, incluida la preparación inaccesible para el cambio climático, las barreras para acceder a los servicios y la información, la discriminación sistémica y la pobreza generalizada”, explica vía e-mail a RED/ACCIÓN Katherine Lofts, investigadora de la Universidad McGill, de Montreal (Canadá), quien trabaja en el Programa de Acción Climática Inclusiva de dicha entidad y participó del mencionado panel de la COP26.

Lofts añade que la situación también atenta contra la eficiencia de las estrategias de acción climática: “Esta exclusión no solo pone en peligro su vida y su bienestar; también significa que las contribuciones de la comunidad de personas con discapacidad para reducir las emisiones de carbono, mejorar la resiliencia climática y promover la justicia climática siguen sin realizarse”.

Las personas con discapacidad se encuentran más expuestas a los efectos del cambio climático por situaciones como estas:

  • Complicaciones en el acceso a la salud. Según la ONU, “los efectos adversos del cambio climático exacerban las barreras ambientales, actitudinales e institucionales que obstaculizan el disfrute del derecho a la salud por las personas con discapacidad”. A esto se suma, como mencionábamos, que hay personas con discapacidad a las que ciertas circunstancias, como el calor extremo, las afecta especialmente.
  • La dificultad para movilizarse en casos de emergencias o desplazamientos forzados (en RED/ACCIÓN hemos hablado del fenómeno llamado “migraciones climáticas”) en casos de personas con discapacidad motriz.
  • Dificulta su (ya difícil) inclusión laboral. Las personas con discapacidad registran tasas de empleo mucho más bajas que el resto de la población (60 % contra el 36 %). “Los efectos del cambio climático exacerban las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad en el mundo del trabajo, por ejemplo, cuando pierden oportunidades de empleo a causa de los efectos económicos de los desastres climáticos o cuando el estrés calórico hace que el trabajo manual se vuelva peligroso”, señala el informe de ONU de 2020.
  • Están más expuestas al riesgo de inseguridad alimentaria, algo que se desprende de mayores tasas de pobreza y desocupación.
  • Cuentan con viviendas menos adecuadas para resistir al calor, inundaciones u otros desastres climáticos.
  • El cambio climático aumenta las dificultades para acceder a agua potable. Y esta denominada “presión hídrica” es más grande en personas con mayor grado de pobreza, lo que en general ocurre con personas con discapacidad.

“Las consecuencias de que los gobiernos no consideren las experiencias de personas con discapacidad pueden ser incluso mortales”, enfatiza Katharina Rall, investigadora sobre ambiente en Humans Right Watch, en un intercambio a la distancia con RED/ACCIÓN.

Rall ejemplifica con la ola de calor que sufrió el oeste canadiense, donde la organización para la cual trabaja realizó una investigación: “La falta de planificación y respuesta inclusivas ante el calentamiento contribuyó al sufrimiento e incluso muertes de personas con discapacidad. En parte porque los gobiernos atendieron principalmente la cuestión mediante centros públicos de refrigeración. Pero estos centros no eran una opción que funcionara con personas con discapacidad que lidian con desafíos de movilidad o que tienen una situación de salud compleja. Estos grupos no recibieron la atención necesaria y debieron lidiar con el calor por su cuenta”. Y se queja: “Por desgracia, situaciones así están lejos de ser únicas”.

Una persona en silla de ruedas sostiene un paraguas bajo una gran tormenta.
Foto: AFP.

Una acción climática que incluya a todas las personas

“Los gobiernos tienen obligaciones adicionales en la materia. Por ejemplo, deben asegurar la seguridad de personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluyendo protocolos inclusivos y accesibles”, señala Lofts. Pero además de cuidarlas del problema, destaca que las personas con discapacidad deben ser parte de la solución. “Incluirlas en programas para atenuar el climático es vital”, considera.

“Dado que el cambio climático les afecta desproporcionadamente, es necesario incluir a las personas con discapacidad en la acción climática”, enfatiza la ONU en el estudio señalado. Y destaca que para ello es necesario abordar la acción climática desde una perspectiva de derechos humanos, es decir, en línea con las distintas convenciones internacionales que existen y que buscan asegurar los derechos humanos de este colectivo.

“Si las personas con discapacidad son excluidas de la adopción de decisiones, no pueden contribuir a establecer las medidas de reducción del riesgo y adaptación que podrían ser eficaces para ellas y que ellas mismas podrían aplicar”, advierte la ONU.

Incluir a las personas con discapacidad en la acción climática implica darles voz a la hora de planificar estrategias, garantizar su participación en la toma de decisiones conforme a sus requerimientos y proveerles información relacionada al cambio climático en formatos accesibles. También implica estimularlas a participar de estos espacios de tomas de decisiones, empoderarlas. E incluirlas en el desarrollo de una economía que sea sustentable.

“Hay un lema de las personas con discapacidad que dice “Nada de nosotras sin nosotras”. Los gobiernos deben entender que las personas con discapacidad, especialmente aquellas que sufren las consecuencias del cambio climático, sean incluidas y consultadas a la hora de adaptar los planes de acción”, sintetiza por su parte Rall.

Buenas prácticas de acción climática inclusiva

Hay distintos ejemplos de iniciativas que se llevan adelante en distintos lugares del mundo y que tienen que ver tanto con generar condiciones para mitigar el efecto del cambio climático sobre las personas con discapacidad como de incluirlas en la acción climática.

Por ejemplo, una investigación en la que participó Lofts destaca el caso del Hospital Emanuel, de India, que trabajó junto con la Misión Cristiana de Ciegos para desarrollar programas de preparación para desastres en ocho estados. Entre otras consideraciones, se hicieron guías de primeros auxilios disponibles en Braille.

También se remarca el caso de Malteser International, una organización humanitaria de Malta que ha desarrollado sistemas de alerta temprana para asegurarse de que las personas con impedimentos visuales o auditivos puedan recibir alertas y ha desarrollado una formación específica para personas con discapacidad y sus familias, de modo que puedan ser incluidos en la gestión de desastres de la aldea. En la misma línea, el Centro para la Discapacidad y el Desarrollo de Bangladesh hizo un relevamiento de viviendas de personas con discapacidad que carecían de acceso a agua potable y gestionó las reformas de infraestructura necesarias.

Una inundación en la que una persona en silla de ruedas intenta moverse, al lado de una persona que está parada y la observa.
Foto: AFP.

El informe del Consejo de Derechos Humanos de ONU resalta otros casos de acción climática inclusiva por parte de los Estados. Entre ellos están:

  • En Jordania, la Ley sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad garantiza a las personas con discapacidad un entorno legislativo sin barreras basado en la igualdad de oportunidades en relación con la protección frente al cambio climático.
  • En India, el Organismo Nacional de Gestión de Desastres creó un organismo para gestionar y vigilar la integración de las personas con discapacidad en el plan de acción sobre gestión del riesgo de desastres y cambio climático.
  • En Cuba, el Plan de Estado de 2017 contra el cambio climático comprende cinco acciones estratégicas y todas consideran a las personas con discapacidad.
  • En busca de garantizar la accesibilidad a la información sobre cambio climático, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones de Finlandia ha preparado un vídeo en lengua de señas y con subtítulos sobre el informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático sobre el océano y la criósfera en un clima cambiante. Mientras que el sitio web Verneri.net, gestionado por la organización no gubernamental finlandesa Kehitysvammaliitto, contiene una sección sobre el cambio climático en lenguaje sencillo.

¿Y qué podemos hacer los ciudadanos?

Cuando hablamos de cambio climático, sabemos de la enorme responsabilidad que tienen los gobiernos, cuyas decisiones son trascendentales para reducir las emisiones y aminorar al ritmo del calentamiento global. Pero también sabemos que nuestras acciones suman. Y esto también aplica cuando hablamos de los efectos del cambio climático en personas con discapacidad.

“Daría tres recomendaciones para los ciudadanos sin discapacidad. En primer lugar, todos debiéramos entender que la inclusión de personas con discapacidad no es un tema que requiera ser tratado por especialistas, sino que es responsabilidad de todos. Como activista climática, entiendo que las personas con discapacidad tienen un gran potencial de contribuir a la acción climática”, arranca en un correo electrónico para RED/ACCIÓN Elham Youssefian, quien trabaja en el área de Acción Humanitaria y Reducción de Riesgos de Desastres Inclusivos de la Alianza Internacional de Discapacidad, una red global de más de 1.200 organizaciones de personas con discapacidad.

“Segundo —sigue Ypussefian—, cuando dudes sobre las personas con discapacidad, preguntales. Una de las mejores fuentes son las organizaciones de personas con discapacidad, que trabajan sobre sus derechos e inclusión. Acercate y proponeles que se sumen en las causas de acción climática que emprendas”.

La especiaista cierra: “Tercero, cuando quieras desarrollar una acción climática, pensá en cómo incluir a las personas con discapacidad. Por ejemplo, si pensás sumarte a una campaña de protesta o una movilización, preguntá a personas con discapacidad si están informadas de tu campaña e invitalas a unirse. Preguntate si el material de la campaña está disponible en formatos accesibles, como lectores de pantalla o lenguas de señas”.