Los algoritmos discriminan: dicen que hay cerebros masculinos y femeninos, pero quizá confundan el sexo con el tamaño
Hubo un tiempo, en los albores de la investigación sobre el cerebro, en que esas diferencias en cuanto al tamaño de la cabeza y del cerebro fueron interpretadas de forma errónea –y no desinteresada– como pruebas indiscutibles de la superioridad intelectual de los hombres.