¡Buenos días! Para sobrevivir, las grandes empresas necesitan, cada vez más, expertos en relaciones con el Gobierno. Una realidad que se extiende por el mundo y que en la Argentina es un must desde hace años. Corremos con ventaja.
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Asuntos públicos. La Argentina, que en algunas cosas parece anclada en el siglo XX, adelanta en otras. Puerto Madero vive en 2023 mientras que San Telmo permanece en 1920. Los separa apenas una avenida. En la circunvalación de Rosario, un flamante Porsche Cayenne comparte carril con una coupé Taunus de 1982. Joya, nunca taxi. En Catamarca, un chico de veinte años lleva en su mochila un teléfono inteligente de última generación mientras viaja en un colectivo que ya rodaba por las calles una década antes de que él naciera. Vintage y futurista a la vez, todo en la misma escena.
La ambivalencia retro-avant garde se manifiesta también en el ámbito profesional. La periodista y exparlamentaria inglesa Camilla Cavendish, en un artículo reciente del Financial Times, plantea, como novedad, que toda gran compañía debería tener su Chief Political Officer para navegar estos tiempos complejos. En la Argentina es lo obvio: las empresas conviven con regulaciones intrincadas, cepos cambiarios, impuestos excesivos y otras emociones desde hace tiempo. Sin un baqueano experto, esas sendas se vuelven intransitables. Y todos saben que más allá está el barranco. Y el abismo.
El aporte del Chief Political Officer, o responsable de asuntos públicos, es multidimensional. Acá se mencionan algunos de sus ángulos:
- Lectura de contexto. El humor social condiciona la agenda política. Las encuestas, los focus groups y otros estudios de opinión pública expresan los miedos, los amores y los odios de la gente. Quien tiene ese pulso, algo puede anticipar de lo que viene.
- Decodificación política. Leyes del Congreso, decretos del Ejecutivo, resoluciones ministeriales, sentencias de los jueces: todas expresiones institucionales de fenómenos políticos, de dinámicas de poder. La lectura técnica de una normativa es sólo la letra; la lectura política explica qué hay detrás. Y eso permite influir en ella.
- Estrategia. La influencia en el marco regulatorio es una artesanía compleja con varios componentes: presión de grupos de poder, influencia mediática, discusión en redes, uso de argumentos políticos, alineamiento de intereses… El lobby es efectivo sólo cuando, con paciencia, se sabe combinar esa alquimia. Arte, no ciencia.
- Agenda. Y al final, contactos. Condición necesaria, pero no suficiente. Un listado de nombres con sus teléfonos, el who is who de cada tema. No basta con tener una buena agenda, pero sin ella todo es más difícil. Lo más importante: saber quién para qué cosa y de qué manera, con qué argumento. Y entender que cada conversación tiene su tempo.
Expertos en mercados altamente regulados. Sherpas acostumbrados a navegar inestabilidades políticas, crisis económicas, presiones sindicales. Lo que a profesionales del resto del mundo les estresa, a algunos locales con el cuero curtido les parece parte del paisaje. El atroz encanto de ser argentinos.
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Tres preguntas a Robert J. Waldinger. Es un psiquiatra, psicoanalista y sacerdote zen estadounidense. Es profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y dirige el Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard, una de las investigaciones sobre la vida adulta más prolongadas de la historia de la ciencia.
—¿Cómo es el estudio sobre la felicidad que empezó la Universidad de Harvard hace años?
—Yo soy el cuarto director de ese estudio, que empezó en 1938 con dos investigaciones independientes que empezaron en Harvard sin conexión entre sí. Una estudiaba a jóvenes-adultos de 19 años, estudiantes de la universidad a los que los profesores eligieron como representantes de la humanidad, y se enfocaba en el paso de la adolescencia a la adultez temprana. Era un estudio sobre la prosperidad, aunque muy sesgado: hombres blancos, estudiantes de Harvard. Al mismo tiempo, en la facultad de Derecho, un profesor, Sheldon Glueck, y su esposa, una trabajadora social llamada Eleonore Glueck, ahondaron en la delincuencia juvenil, en especial en cómo los chicos que se criaban en el seno de familias problemáticas conseguían mantenerse lejos de los problemas y tomaban el buen camino. También era un estudio sobre la prosperidad, aunque en este caso enfocada en hogares desfavorecidos. Luego mi predecesor, George Vaillant, unió ambas investigaciones. Se trataba de identificar los obstáculos que aparecían al desarrollo humano. Despuésincorporamos también a las parejas de esos chicos, y ahora también a sus descendientes. Hoy son más de 2.000 personas de 724 familias y vamos por el 85° aniversario del comienzo del estudio, que es el más largo que se haya hecho en la historia de la ciencia.
—¿Cuáles fueron los principales hallazgos?
—Lo que logramos identificar con este estudio son los factores que propician que las personas tengan vidas más largas, sanas y felices. Descubrimos que tener vínculos fuertes e íntimos con otras personas nos hace más felices. Eso no es ninguna novedad, pero sí que nos mantiene sanos. Por el contrario, la gente solitaria, que vive aislada de la sociedad, desarrolla enfermedades derivadas del envejecimiento antes, y vive menos que los que no están solos y tienen relaciones sociales sólidas. Al principio desconfiábamos de nuestros propios datos. Nos parecía lógico que las personas con relaciones cercanas sean más felices, pero nos llamaba la atención que esas personas tuvieran menos probabilidades de tener enfermedades de las arterias coronarias, o artritis o diabetes tipo 2, pero otros estudios arrojaron los mismos resultados y así es que se va logrando certeza científica sobre el tema. Ahora es una realidad poco discutida que las buenas relaciones fomentan la salud física y la longevidad.
—¿Cómo funciona esto? ¿Por qué se da?
—Llevamos los últimos diez años intentando entenderlo. La mejor hipótesis que manejamos es que las relaciones nos protegen del estrés crónico. Sabemos que la vida está plagada de situaciones y momentos estresantes. Si tropiezo en la calle, mi cuerpo reacciona y entra en lo que llamamos “modo de lucha o huida”: se acelera el pulso, puede que empiece a transpirar y se acelera también la respiración. Suben las hormonas del estrés y eso genera inflamación. Eso es bueno, porque así es como el cuerpo se defiende, pero debería volver al equilibrio una vez que pasa la situación estresante. Es lo que pasa cuando le contamos a un amigo o un familiar una situación estresante, y eso nos relaja. Pero el que vive aislado no puede volver al equilibrio y permanece en ese estado de “lucha o huida”. Eso genera circulación permanente de las hormonas del estrés e inflamación crónica y eso acaba dañando el cuerpo: las arterias coronarias y las articulaciones, por ejemplo. Todo el mundo necesita de al menos dos relaciones de apego seguro: personas a las que podemos llamar en cualquier momento cuando estamos enfermos o asustados.
Las tres preguntas a Robert J. Waldinger se tomaron del conversatorio “Las claves del estudio más largo sobre la felicidad”, dado en el ciclo Aprendamos Juntos BBVA. Para acceder a la entrevista completa podés hacer click acá.
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Blogs. La inteligencia artificial sirve para muchas cosas. También para hacer más eficiente el trabajo periodístico y de PR. Para lo que no sirve, al menos por ahora, es para escribir buenos blogs. Este artículo de Lauren Tellman explica cómo es que la IA todavía es limitada para generar alineamiento estratégico, compromiso e interés de la audiencia y construcción de una relación usando una voz única y distintiva. El algoritmo busca datos, los relaciona e incluso los ordena de una manera inteligible y correcta. Lo que no hace es que eso que se dice tenga el sabor inconfundible de lo personal, de lo escrito por esa persona a la que ya se conoce y a quien se quiere leer. Una posible conclusión: si no quiere ser reemplazado por la IA, escriba distinto: deje su huella distintiva.
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Academia. Las instituciones como el Círculo Dircoms, el Consejo de Relaciones Públicas o FOPEA cumplen un rol de colaboración con las universidades que forman profesionales de la comunicación, los asuntos públicos o el periodismo. Este artículo, ya mencionado en otra ocasión, analiza cuatro aportes que las principales asociaciones hacen al mundo académico: 1) especifican el tipo de capacitación requerida para ingresar a la profesión; 2) evalúan el conocimiento, la competencia y los valores de los aspirantes a profesionales como condición de ingreso a la profesión; 3) garantizan que los proveedores de educación y formación profesional sean adecuados; y 4) especifican el tipo de capacitación continua que se requiere dentro de la profesión.
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Oportunidades laborales
- BASF abrió la búsqueda de Coordinador de Relaciones Gubernamentales.
- Accenture inició la búsqueda de Corporate Citizenship Technology Consultant.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a comms@redaccion.com.ar
¡Hasta el próximo miércoles!
Juan
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* El contenido de Comms no necesariamente representa la posición institucional del Círculo DirComs. El Círculo de Directivos de Comunicación (DirComs) es una asociación civil que busca promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre los máximos responsables de comunicación corporativa, relaciones institucionales, asuntos públicos y gubernamentales de las principales empresas del país. *