Mientras se espera la final del Mundial del Fútbol, los países ultiman las difíciles y tensas negociaciones para establecer un nuevo marco de acción para la biodiversidad o explicar los motivos de no llegar a ese resultado. Un resumen con lo más destacado de esta semana desde Montreal, Canadá.
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¿Cuándo están leyendo esta edición? Si están leyendo esta edición sin haber leído la anterior, recomiendo que primero le den una lectura. Si la están leyendo el sábado, sería la mejor opción. Si la están leyendo el domingo, quiero suponer que es una forma de pasar los nervios del partido. Si la están leyendo lunes o martes, algunas cosas pudieron haber cambiado aunque seguirán explicando el resultado al que se pueda llegar.
Yo escribo esta edición mientras miro por la ventana y el patio del hospedaje está totalmente bañado en blanco. De la noche a la mañana la nieve tapó las sillas, decoró los árboles y hasta embelleció los cables. Pasé de los más de 30°C de Buenos Aires a los -13°C de Montreal. El calor porteño me recordaba la presencia del cambio climático intensificando todo. Aquí me siento en una escena de El día después de mañana.
Mientras escribo y miro por la ventana pienso en las palabras que el científico de Malasia Dr. Zakri Abdul Hamid dijo hace unos días en conferencia de prensa: "Un millón de especies de animales y plantas están en peligro de extinción. Nosotros también estamos en peligro, pero estamos demasiado confortables aún". La nieve me puede mojar las pies, pero tengo el confort de cambiarme las medias y los zapatos. Estamos muy bien nosotros, seres humanos, como para darnos cuenta de que también estamos en peligro. Y que cuando en estas negociaciones se habla de biodiversidad no se trata sólo de los otros animales, se trata también de nosotros.
Es sábado. Los países llevan 10 días reunidos en la Conferencia de Biodiversidad de Naciones Unidas -la COP15- en la búsqueda por alcanzar un nuevo marco global de acción que garantice la protección y conservación de la biodiversidad. No vienen siendo días fáciles. Y lo que es aún más preocupante: todo puede pasar de aquí a la noche del lunes -momento en que debiera terminar la conferencia- sea que tengamos el marco o que estemos explicando qué falló.
Pasemos entonces a profundizar en dónde estamos parados hoy (además de con los pies en la nieve).
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La situación actual. Aún hay mucho por definir. Las diferencias de posiciones entre países continúan sobre la mesa. Las voces en los pasillos son diversas, pero todas tienen algo en común cuando les pregunto si creen que el lunes tendremos finalmente un nuevo marco de acción consensuado: "Es mi esperanza de que sí". Siento que es casi la misma expresión que tenemos todos en este momento cuando pensamos en la final del Mundial del Fútbol: esa esperanza de que haya un buen resultado, aún cuando sabemos que depende de múltiples variables.
La diferencia con un partido de fútbol es que en esta conferencia se trata de que los países logren un consenso en pos del bien común de proteger y conservar la biodiversidad. Un resultado común a todos. ¿Cómo se está buscando salir campeones en esta COP15?
Conforme informó la presidencia de China de esta conferencia, desde el jueves, en el marco de la llegada de los ministros de ambiente para el segmento de Alto Nivel, se conformaron tres espacios de consultas ministeriales enfocados en tres temas de las negociaciones: a) la movilización de recursos económicos, es decir, financiamiento b) el complejamente técnico tema del acceso a código genético a través de bases digitales (que expliqué o intenté explicar en la edición anterior); c) todos los temas restantes del marco, como la meta del 30x30. Cada consulta es liderada por un par de un representante de un país en desarrollo y otro de un país desarrollado: a) Alemania y Ruanda, b) Noruega y Chile, c) Canadá y Egipto, respectivamente.
Con estas consultas y los grupos de trabajo se espera destrabar las diferencias, encontrar los elementos en común, "limpiar" los corchetes del texto y allanar el camino para que el lunes el martillo marque ese resultado exitoso que se está esperando desde hace dos años. El plenario de esta mañana demostró que las Partes están trabajando, pero que aún hay mucho por hacer para lograr el consenso. De ello depende algo que, disculpen la repetición, parece idéntico a las negociaciones climáticas. Sí, eso que piensan. Money, money, money...
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El tema en mayor disputa: financiamiento. Si hubo un pronóstico que no me falló este año fue el de decirles que estaríamos hablando mucho del put the money on the table. Resulta que ello no se limita a las negociaciones climáticas, sino que también es protagonista en las de biodiversidad. Los países en desarrollo ya expresaron que no aceptarán ningún marco de acción que no esté acompañado por mejoras concretas y ambiciosas en financiamiento para la biodiversidad. Los países desarrollados, como en la COP climática, muestran resistencias.
El argumento de los países en desarrollo es razonable: la única forma de lograr implementar el marco de 22 objetivos con acciones es contando con los recursos económicos para ello, recursos económicos con los que no cuentan. Por el contrario, muchos de esos países tienen tumultuosas deudas financieras. "Lo que está hoy sobre la mesa es insuficiente", subrayó Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), refiriéndose al financiamiento hoy disponible para políticas en pos de la biodiversidad.
Al momento hay tres grandes propuestas de financiamiento en discusión.
a) crear un nuevo fondo que destine recursos exclusivamente a la biodiversidad. Algunos países de África han reclamado por esta opción que implicaría algo completamente nuevo y distinto por fuera de lo existente en la materia. La Unión Europea, que está en los grupos de quienes debieran aportar recursos, se opone a esta propuesta bajo el argumento de que ello llevaría mucho tiempo y no permitiría una movilización rápida.
b) aprovechar los mecanismos de financiamiento existentes. Se trataría de tomar provecho de una arquitectura ya formada, como la del existente Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el GEF (por sus siglas en Inglés), y hacerle las reformas necesarias para este propósito o crear un fondo dentro del GEF. Ambas tendrían el objetivo de acelerar la movilización de recursos a acciones en pos de la biodiversidad. En el plenario de hoy, Costa Rica aseguró que "podría ser una oportunidad de fortalecer el GEF y una buena solución para el corto plazo porque no es posible esperar para la implementación".
Distintas organizaciones ambientales también dan apoyo a esta propuesta. Tal es el caso del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que la considera como una opción más rápida de movilizar dinero para los países que lo necesitan.
En un encuentro cerrado, el GEF presentó a las Partes tres variables distintas con las cuales se podrían realizar cambios en su mecanismo para que esta propuesta sea posible.
c) no crear nada nuevo en esta instancia y dialogar sobre el tema. Claramente ésta ha sido una postura presente en algunos desarrollados y es algo totalmente opuesto a la primera. Y es una opción que claramente no sería aceptada por los países en desarrollo.
Cualquier sea la definición para financiamiento para la biodiversidad hay dos cuestiones transversales que, conforme las distintas expresiones a lo largo de la semana por parte de diferentes actores, no se pueden olvidar: incluir a las comunidades locales e indígenas para que el dinero llegue directamente a sus manos y no a través de filántropos, y diversificar las fuentes de recursos para que el sector privado y los organismos multilaterales también tengan su relevante rol. Ello con dos elementos complementarios y transversales no menos importantes: eficiencia en la implementación de cualquier decisión de financiamiento que se tome y garantizar el acceso en la misma.
Cómo se terminará resolviendo esta cuestión es como haber intentado decir qué país ganará el Mundial de Fútbol y acertar.
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Lo que se dijo esta semana. Algunas frases representan claramente lo que está ocurriendo en la conferencia. Seleccioné cuatro destacadas que contribuyen a comprender de forma resumida estas más lentas, pero igualmente intensas negociaciones.
"Ya hemos perdido dos años. Tenemos que adoptar este marco aquí y ahora". El co-jefe de las negociaciones, Francis Ogwal, recordó que el marco debiera haberse establecido en 2020 y que, tras la pandemia y la postergación por la imposibilidad de realizar la COP en China, se tardaron 24 meses en poder dar un espacio para negociar. Estamos hablando de un marco que no será para la próxima década, sino para ésta en la que nos encontramos. Es decir, un marco de acción que debiera haber empezado a implementarse en 2020 y que tiene el reloj ya en contra.
"No podemos permitir caer en el juego perverso de transar ambición por recursos financieros y viceversa". La ministra de Medio Ambiente de Chile, Magias Rojas, se mostró contundente y sin pelos en la lengua en el plenario a la hora de describir la tensión de las negociaciones y los intercambios que algunas Partes están intentando hacer. Esto se complementa con algo que dijo el ministro de Reino Unido, Hon Lord Zac Goldsmit: "Sabemos que no podemos lograr ambición sin financiamiento ni a la inversa". El consenso final implicará que todos cedan algo, pero también que todos se lleven lo prioritario y que el resultado esté a la altura de la crisis de pérdida de biodiversidad.
"30x30 no es sólo un número". Muchos califican esta meta como el 1.5 para la biodiversidad. Se trata del objetivo de proteger al menos el 30% de la superficie terrestre y marítima para 2030. De nuevo, me sirvo de esta frase de la ministra de Chile que fue luego repetida en distintos espacios y que continuó: "El 30x30 es un faro que iluminará las acciones de conservación y protección en la próxima década, donde las comunidades indígenas tendrán que jugar un rol importante". En esa referencia a que 30x30 no es sólo un número, vale resaltar que la cifra cuantitativa deberá complementarse con categorías cualitativas que permitan incluir dentro de ese 30% a proteger las áreas del planeta que más lo necesitan y que, en criollo, no terminemos protegiendo 30% de rocas.
"Tenemos aún dos días y tenemos que presentarle al mundo un marco. La acción debe ser audaz y debe ser ahora. Los resultados de esta COP15 son nuestra mejor oportunidad para detener y revertir la pérdida de biodiversidad. Debe ser esta vez. Sean fieles a lo que digan en el papel". Podría elegir más frases referidas a los temas técnicos, pero ellas seguramente serán incluidas en la próxima edición. Me quiero permitir cerrar este resumen con lo dicho por Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutivo del Convenio para la Diversidad Biológica, en un eufórico llamado a los países para que el trabajo de las próximas y últimas 48 horas permita llegar al consensuado resultado que todos están esperando para la biodiversidad. Algo así como ese resultado que todos estamos esperando para la final de fútbol.
Cierro esta edición con muchos nervios por lo que pueda pasar en lo deportivo y en lo político en las próximas 48 horas. En ambos casos creo que lo que más importa es el trabajo en equipo. Pero en el segundo caso no se puede quedar sólo en ello. Se necesitan resultados basados en la ambición y la igualdad porque no se trata de poner una copa en la estantería sino de darle una oportunidad de supervivencia a la biodiversidad, es decir, a nosotros mismos.
El próximo viernes recibirán una edición con lo que ya sea el análisis de lo que esta COP15 nos dejó y con mi cuerpo acostumbrándose de nuevo al calor luego de esta intensa nieve.
Recuerden que siempre está abierto mi mail planeta@redaccion.com.ar para recibir dudas, reflexiones, inquietudes, sobre estos procesos que son tan complejos, pero que nos necesitan observando y presionando.
¡Un abrazo desde Montreal!
Tais