"El reto: educación más basada en capacidades que en contenidos"

David Calderón, especialista en educación: "Tenemos que cambiar en enfoque de meritocracia, que el que no llega es porque es flojo"

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

El presidente de de la ONG Mexicanos Primero, con 13 años de experiencia e evaluación y propuestas de políticas públicas, cuenta en esta entrevista cómo trabajó México ante la imposibilidad de clases presenciales y cree que el gran reto de la educación es basarse más en capacidades que en contenidos.

David Calderón, especialista en educación: "Tenemos que cambiar en enfoque de meritocracia, que el que no llega es porque es flojo"

David Calderon, presidente de la organización de la sociedad civil Mexicanos Primero.

David Calderón expuso en el Foro #AhoraAprender, que realizó Educar 2050 la semana pasada. Y con él conversé sobre la situación de la educación en México y la región.

—¿Cuál ha sido el mayor impacto de la pandemia sobre el sistema educativo mexicano?
 —El más masivo y doloroso es que ahondó las brechas de inequidad y profundizó la exclusión que padecen millones de chicos y chicas del sistema educativo mexicanos. Nuestra Constitución señala que desde los 3 y hasta los 17 años es obligatorio garantizar la educación a las personas que viven en México. Pero de los 30 millones de estudiantes registrados, 2 millones nunca se conectaron y 1 millón abandonó —en verdad, el sistema los abandonó—.

—¿Por qué decís eso sobre el sistema?
—El enfoque que tiene el sistema y que hay que cambiar es el de la meritocracia, los que se esforzaron solos llegan al final y los que no llegan es porque son flojos. Cuando lo que se ve es que los que quedan fuera del sistema son pobres y padecen violencia en la escuela (bullying de los pares y maltrato de los maestros). A esto hay que agregar que en la escuela media se da mucho hacinamiento y tensión, hay asaltos, disparos y desapariciones camino a la escuela. También hay que observar. Que México tiene 3 millones de niños y niñas que son migrantes internos y 1 millón que son centroamericanos que van pasando hacia Estados Unidos y también usan el sistema educativo. En ese contexto, la emergencia sanitaria golpea a los más pobres, en mayor medida, porque la decisión del gobierno fue centrarse en emitir contenidos a través de la TV.

—¿Qué estrategias de enseñanza implementó México en la pandemia?
—El 94% de los estudiantes de primaria que asisten al sistema público estuvieron frente a la tele entre 50 y 100 minutos por día para ver contenidos, sin contacto con su docente ni con sus pares. Tampoco hay programación en lengua indígena cuando hay 3 millones de niños y niñas que la hablan. Y si bien el gobierno también trabajó en una plataforma digital, México es un país con poca conectividad porque es cara (cuesta cuatro veces más que en Chile, por ejemplo). Y 40% de los niños no tiene un dispositivo propio o que puedan usar para contenidos educativos. La programación televisiva llega al 90% del territorio, pero el aprovechamiento es muy variable según la región, el ingreso de las familias y las posibilidades de que los chicos estén en esos horarios frente a la televisión.

—¿Cómo siguen luego de ver los contenidos en televisión?
—Una vez vistos esos contenidos, deben completar unas fotocopias que les entregan en las escuelas y que pagan el 80% de las familias. Al otro 20% se los pagan los maestros. Así, 10% de los estudiantes no tienen contacto con los maestros y no sabemos si siguen la programación o no. Claro que algunos maestros buscan sistemas alternativos. Les proponen a los alumnos ver menos TV y seguir el libro que entregan en la escuela, verse en tutoría individuales en algún parque, manteniendo la distancia. En tanto, las escuelas privadas, buena parte usa plataformas digitales y tienen jornadas de 5 a 7 horas, que aprenden con su maestro (que los conoce y al que le pueden preguntar) y su grupo de compañeros.

—¿Considerás que México ha tenido alguna ventaja respecto a lo que significó la pandemia para la región, en materia educativa?
—Una ventaja por encima de los países de la región es que desde hace 50 años se producen entre 7 y 9 libros de texto por estudiante que se entregan de forma gratuita en todo el país. En total unos 164 millones de textos. Ahora, esa ventaja de poder tener la secuencia del curso, no fue aprovechada. A los docentes les pidieron que acompañen los contenidos televisivos.

¿Cuáles considerás son los principales desafíos relacionados con la educación que enfrenta México hoy?
—Los retos están en ir hacia una concepción de la educación básica centrada en las capacidades y no en los contenidos. Pasar de los contenidos por asignaturas al trabajo por proyectos, con eje en la indagación, con esquemas mucho más lúdicos, comunitarios. Hay que pensar una escuela más porosa con la comunidad que la rodea, invitando al panadero y al médico del centro cercano a la escuela. Hay que avanzar en un modelo mixto presencial y a distancia. La pandemia no va a ceder pronto y no tenemos en América Latina los recursos para adecuar las escuelas para la presencialidad. Basta recordar que la mitad de las escuelas de la región no tiene agua. Tenemos que olvidarnos de las jornadas escolares largas. Probablemente por los próximos años. Por eso creo que hay que salirse del dilema de salud o aprender. Los niños tienen derecho a aprender y para eso hay que pensar en otro espacio que no sea el aula, todos juntos

—En México se está debatiendo el presupuesto 2021. ¿Qué ha pasado con la Educación?
—El presupuesto de Educación no solo se recortó un 3%, si no que proyecta recortar programas a niños migrantes y formación de maestros, cuando estos más necesitan nuevas herramientas socioemocionales y tecnológicas. Tampoco hay inversión en conectividad ni sanitización para las escuelas. Y yo me pregunto con qué dinero se pagarán termómetros, mascarillas, artículos de limpieza, etc.


Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.


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