Dos amigas unidas en una gran idea que ayuda y dignifica- RED/ACCIÓN

Dos amigas unidas en una gran idea que ayuda y dignifica

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Un libro x una oportunidad, ayuda para personas en situación de calle.

Dos amigas unidas en una gran idea que ayuda y dignifica

¡Hola! Quisiera hablarte de dos mujeres que, al encontrarse con quienes sufren la situación de calle, levantaron la mirada y encontraron una forma de tender una mano.

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Ceci y Marina son amigas desde chicas. Fueron al mismo colegio, siguieron en contacto, tienen familia e hijos y sostienen su amistad. En sus vidas siempre estuvieron atentas a las necesidades propias y de los otros.

Un día una de ellas iba al trabajo cuando vio a una persona en situación de calle. Levantó la mirada, salió de sí. Al poco tiempo vio a otra persona más en situación de calle y profundizó este análisis, miró más allá. Lo habló con su amiga. Hablaron de cómo impresiona ver a una persona en la calle, sin abrigo, sin techo. “Tal vez alguna vez su vida era como la nuestra, pero ahora está afuera”, se decían. Entonces, tratando de dar una respuesta además de las que habían empezado a dar (abrigo, viandas, comida, un clásico que está muy bien) se les ocurrió acercarse a una de estas personas, con la que empezaron a relacionarse. Y le preguntaron a un señor qué pasaba si le daban algunos libros que ya no leían, que estaban en sus casas, en una biblioteca, y se movían poco para que los vendiera y pudiera tener un ingreso y una suerte de salida laboral.

A este señor le pareció bien y probaron. Funcionó, se vendieron algunos libros. Se les ocurrió proponérselo a otros más. Y a tres, cuatro, cinco. Y así se generó un ida y vuelta de libros, de cultura, literatura, idiomas. De estas páginas que ellos y ellas vendían a la comunidad.

Este modelo tan curioso y llamativo siguió creciendo. Empezaron a sentir que necesitaban más. A Marina y Ceci se les ocurrió buscar entre amistades y personas conocidas a alguien que siguiera de cerca la tarea de venta de quienes están en situación de calle, que los ayudaran a tener el puesto en orden. Empezaron a surgir dos, cinco, siete madrinas y padrinos. Empezaron a crecer estos puestos de venta de libros formales e informales en la calle. A escribirse estas historias humanas. Hoy hay 20 padrinos y madrinas. Y 50 personas han pasado por este ensayo que busca acercarse al trabajo como actividad que dignifica. A ellos y ellas, a quienes sufren y padecen la calle les pareció bien y funciona.

Es tan sorprendente encontrar una idea nueva en un ámbito ya tan conocido y en un lugar donde pareciera que las respuestas se agotan. Este modelo crece y cuenta con algunas aristas maravillosas.

Primero, se empezó levantando la mirada. Segundo, se trató de abrazar a quien sufría el dolor y preguntarle qué necesitaba. Y en ese ida y vuelta entre personas, una idea. Y a quien estaba en situación difícil le pareció bien. Y aparece luego este elemento fantástico: el libro. Seleccionan libros buenos, bien editados, de contenido interesante, también en idioma. El libro, que es una herramienta en este caso para dignificar a través del trabajo pero que también tiene el sabor, el placer, la profundidad la fuerza del libro en tanto cultura.

Este proyecto sigue en marcha y se nos invita a sumarnos. Por supuesto, hay cosas para mejorar. Pero en medio de todo lo que pasa, dos amigas, en su sensibilidad, en su mirar al otro, nos sorprendieron. Es tan simple y tan magnífico este proyecto que ya no es un proyecto, está en marcha. Un libro por una oportunidad. Gracias Ceci, gracias Marina. Sigan adelante. Sigamos adelante.

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Cecilia (izquierda) y Marina (derecha), las creadoras de Un libro x una oportunidad.

Cuatro preguntas a Cecilia Gallo [Por David Flier]. Cecilia es, junto con Marina Peluffo, creadora de Un libro x una oportunidad.

—¿Cómo surgió la iniciativa?
—La iniciativa surgió en pleno contexto de pandemia. Veíamos cada vez más gente en situación de calle y sentíamos que dando limosna no se terminaba de resolver el problema. Una mañana, Marina vio a un vendedor de libros y pensó en replicar la idea. Empezamos de esa forma: ofreciéndole el proyecto a dos personas en situación de calle que ya conocíamos, ¡y funcionó!

—¿Qué aprendieron en este tiempo de las personas en situación de calle o que están sin trabajo a quienes ayudan?
—Aprendimos que no es sencillo estar en la calle, que hay mucha problemática más profunda que el no tener trabajo: adicciones, problemas psiquiátricos, pérdida de vinculación familiar. Tratamos de acompañar a través del proyecto de libros, más como una excusa para generar una relación con un sector de la sociedad que está invisibilizado, marginalizado y olvidado.

—¿Qué respuesta tuvieron cuando corrieron la voz en busca de ayuda?
—Cuando se corrió la voz tuvimos respuesta inmediata de donaciones de libros, algunos escritores nos donaron libros de su autoría y algunos medios nos llamaron para difundir la idea. Lo más lindo fue cuando nos llamaron personas que querían ser madrinas o padrinos de personas que conocían.

—¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan?
—En general cuesta la continuidad: algunos empiezan a vender, después por una semana no aparecen y después vuelven.  A otros se les hace difícil mantenerse en una misma ubicación.

Si querés colaborar con el proyecto Un libro x una oportunidad, Cecilia cuenta que “hay muchas formas de ayudar: la más simple es donando libros. También ayudan los que compran libros en los puestos. Ponemos mucho énfasis en ofrecer libros que sean una oportunidad. Y también se ayuda siendo padrino o madrina de algún vendedor (lo que implica hacer el seguimiento de esa persona , llevarle libros si necesita, ayudarla en las ventas)”. Se los puede contactar por Instagram.

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No solo en Argentina el libro es un elemento que cruza la cultura y la solidaridad. Orion Monaco Jean es un joven de Texas que tiene 10 años y lleva recolectados 120.000 libros donados. Su objetivo es alcanzar el medio millón de libros. ¿Por qué? Porque quiere compartir el placer de la lectura con otros niños y niñas.

Orion también ha donado más de 100.000 viandas de alimentos y más de 600 juguetes.

Este niño insta a llevar a cabo actos solidarios “ahora mismo”, ya que “es lo que más necesitamos” hoy en día. Admirable, maravilloso, inspirador.

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Es maravilloso que surjan ideas para ayudar al otro. Y que estas ideas tomen aquello que tenemos  y que quizás no usamos o que a otra persona puede resultarle de más ayuda. Esto también lo llevan adelante desde Vivienda Digna.

Vivienda Digna es una organización social que trabaja junto a familias de escasos ingresos económicos en la construcción, mejoramiento y equipamiento de sus casas. Y en esto se puede ayudar con algo tan simple como donar muebles o materiales del hogar. De eso se trata #DaleOtraVida, la campaña.

En este emotivo y breve video se ve cómo Carmen, en plena refacción de su casa, entregó aquellas puertas y sanitarios en buen estado que no usaría. Y Roxana, con el acompañamiento de la organización, renovó estos elementos y le dio otro aire a su hogar. Todos tenemos derecho a una vivienda digna, y si compartimos lo que tenemos es más sencillo.

Podés ayudar desde el sitio de la organización o por teléfono al 0810 555 7863. Vivienda Digna retira materiales y muebles a domicilio.

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Un tema del cual hemos hablado bastante en RED/ACCIÓN es de la necesidad de avanzar en la inclusión laboral de las personas con discapacidad. Lamentablemente, aún es necesario trabajar mucho en la concientización para que crezcan las oportunidades de empleo para este colectivo.

Pero, en este contexto, una brisa de aire fresco, un refuerzo que nos oxigena, es lo que cuenta Juan Bautista en la revista Ámbito Registral. Él es interventor del Registro del automotor de Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires. Y en el artículo cuenta su experiencia con Pilar, una joven con Síndrome de Down a la que contrató hace dos años.

Aunque al principio era escéptico sobre cuán bien podría Pilar desenvolverse en sus tareas, el paso del tiempo le demostró que las diferencias que él pensaba que habría en relación a personas sin discapacidad solo se fundaban en prejuicios.

En dos años, Pilar no solo realizó múltiples tareas, sino que tampoco llegó tarde o faltó a su trabajo. “La presencia de Pilar me genera muchas satisfacciones: me alegra el día con su permanente sonrisa, me lleva a una realidad que pocas veces veo —la discapacidad— y cuando me voy a dormir por la noche sé que pude equilibrar un poco la balanza de oportunidades de la vida”, cuenta Juan Bautista. ¡Bravo!

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Hablando de la inclusión de las personas con discapacidad, cerramos con una recomendación sobre un contenido reciente de RED/ACCIÓN.

En esto de levantar la mirada y empatizar con el otro o la otra, el lenguaje suele sentar las bases. La inclusión comienza con las palabras que usamos. Y muchas veces, para referirnos a personas con discapacidad, podemos usar términos que discriminan o estigmatizan. Esto lo explica la nota "Persona con discapacidad": por qué no da lo mismo que usemos cualquier palabra si queremos incluir.

Para incluir, podemos hacer mucho con solo elegir las expresiones correctas.

Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un abrazo.

Juan