“Todo el país amanece con la noticia de si el subte anda o no en la ciudad de Buenos Aires”, dice Fernando Ruiz, presidente de FOPEA. ¿Y las noticias locales? ¿Y los medios locales? ¿Y las buenas prácticas periodísticas? Sobre todo esto, FOPEA y Google News Initiative realizaron una profunda investigación con el objetivo de detectar las regiones rojas de la Argentina donde se presentan “situaciones sumamente débiles para el ejercicio del periodismo profesional, o donde no ha conseguido desarrollarse de manera estable”.
Para comenzar, el estudio definió cuatro categorías. Por un lado, se presentan los desiertos y semidesiertos informativos, que se consideran “ámbitos donde no hay medios de comunicación o donde los que existen exhiben una dependencia extrema del poder —en sus diferentes manifestaciones—, o gran precariedad, y, por lo tanto, no hay condiciones para el ejercicio del periodismo local o este es sumamente débil”.
Por otro lado, los semibosques y bosques informativos. En el último caso, se considera a las zonas que presentan condiciones razonables para el ejercicio del periodismo profesional. Sin embargo, en Argentina únicamente el 9,8% del territorio se baraja dentro de esta última categoría; y un 17,1% dentro de los semibosques.
Según el informe publicado por FOPEA y Google News Initiative, los resultados destacan que en las 24 jurisdicciones argentinas, hay un total de 47,9% de desiertos informativos y un 25,2% de semidesiertos informativos. “Esta pesquisa incorpora a la Argentina entre los países del mundo que han identificado ´zonas de silencio´ a los fines de implementar medidas para promover el periodismo e impedir deterioros”, arroja la investigación.
Ranking de las provincias
Según el estudio, La Rioja presenta el mayor porcentaje de desiertos informativos con un 81,5%, mientras que cuenta con un 5,6% de bosques informativos. Siguiente en el listado está Santiago del Estero con un 75% de desiertos de noticias locales y un 3,7% de bosques informativos. Entre las 10 provincias con más desiertos informativos, también están: Formosa, Tucumán, Misiones, San Juan, Jujuy, Salta, La Pampa y Santa Cruz.
La provincia con mayor porcentaje de bosques informativos es Mendoza con un 27,8% y un 11,1% de desiertos informativos (el más bajo del país). Luego se encuentra Córdoba, con un 26,9% de localidades con bosques informativos y 15,4% de desiertos informativos y. Además, Río Negro es la tercera provincia con mayor porcentaje de bosques informativos, con 23,1%. Sin embargo, también presenta un 46,2% de desiertos informativos.
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El impacto de los desiertos informativos en la democracia
“Este estudio nos ayuda a promover que haya mejor información y, por lo tanto, mejor democracia”, explica Fernando Ruiz. Y profundiza: “En Estados Unidos está estudiado que en una zona con desierto periodístico los ciudadanos están menos informados, los costos de la gestión estatal son más caros y menos gente va a votar. Todos estos problemas para la democracia se potencian en América Latina”.
“En la democracia argentina mucha gente vive bajo dictaduras locales. Miremos el caso del AMBA: viven millones de personas en municipios que tienen muy mala cobertura periodística local. En nuestro país creo que uno de los efectos más profundos es que la debilidad de la prensa local refuerza el unitarismo en el ecosistema periodístico. La preeminencia de la burbuja Buenos Aires es absoluta”, agrega el profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.
¿Qué soluciones existen para terminar con los desiertos informativos?
Ruiz enumera una serie de medidas que toman desde FOPEA para promover las buenas prácticas periodísticas y combatir la problemática de los desiertos. “Se necesita encontrar fuentes de financiamiento de la prensa local. Tres cuartas partes de los departamentos del país no la tienen o es muy precaria, lo que representa casi 20 millones de personas”, comienza.
Y sigue: “FOPEA propone pensar una cláusula de transparencia que se le aplica a los contratos públicos más importantes que se efectúan en esos departamentos, ya sean del municipio, la provincia o la nación. Esto quiere decir que el contratista tiene que comprar espacio en la prensa de ese lugar para informar sobre ese contrato. Para elaborar esta propuesta nos han ayudado varios de los principales estudios jurídicos de América Latina”.
También cuenta que desde FOPEA llevan a cabo capacitaciones con cada vez mayor capilaridad, tratando de llegar al territorio de una forma más precisa. En línea con esta iniciativa, asegura que desde de equipo acaban de lanzar tres guías para el desarrollo de la prensa local.
La gran pregunta es: ¿qué soluciones tomaron otros países? Ruiz señala: “La preocupación es global y no hay iniciativas salvadoras. Aun así, países como Colombia y Brasil están promoviendo capacitación. En Estados Unidos se intentó crear en el Congreso una comisión para estudiar el tema, pero nadie la votó”.
“Como siempre, tiene que ocurrir algo grave para que se tome conciencia y se activen las políticas públicas”, cierra.
Todos los detalles de la investigación
La investigación liderada por FOPEA y Google News Initiative comenzó en diciembre del 2020 en la provincia de Tucumán, donde duró hasta finales de enero de 2021. En las 23 jurisdicciones restantes el estudio dio inicio en febrero y finalizó en marzo de 2021.
¿Cómo fue la metodología? Un equipo de 27 investigadores de todo el país gestionaron un formulario digital compuesto por 26 preguntas. “El cuestionario fue armado en función de un análisis previo de las investigaciones de desiertos informativos desarrolladas en países donde está más avanzado el estudio y la identificación del fenómeno, como Brasil, Venezuela, Colombia, México, Canadá y Estados Unidos”, explican desde la página de fopea.org.
El estudio detectó 2.464 medios y 13.597 periodistas. Si bien se trata de un universo inmenso, no es el universo total, por lo que no corresponde a un censo.
“Esta es una realidad histórica de la que por primera vez podemos hacer una foto precisa”, sostiene Fernando Ruiz. Es hora de aprovechar esta investigación y tomar cartas en el asunto.